López Aliaga recluta a Cipriani, por Mirko Lauer

¿Veremos más medallas municipales entregadas en Lima? La gente del Opus Dei se debe estar escondiendo a toda velocidad, por ejemplo con viajes a Madrid

La medalla municipal a Juan Luis Cipriani ha sido un primer intento de lanzamiento de la campaña presidencial de Rafael López Aliaga. El alcalde sabía muy bien lo que iba a suceder con el desacreditado cardenal, pero contaba con las necesidades mundanas del sacerdote: reconocimiento desde las alturas, retorno a Lima, reflectores publicitarios.

A López Aliaga parece haberle importado poco el daño que Cipriani se prendía al pecho con la medalla. Quizás al propio Cipriani tampoco. Ambos saben que el sacerdote ha sido un fuerte tractor de la derecha católica y de la extrema derecha ideológica, a las que ha conducido en importantes manifestaciones por las calles.

Activar al Cipriani político, ahora con nueva sangre en el ojo, le puede ser muy útil al alcalde. Imaginemos una campaña asentada en temas socio-religiosos (aborto, cuestiones de género), que logre orillar las medianías de una gestión municipal. El sacerdote, sobre todo si logra venir al Perú por cierto tiempo, sería el mordiente de un partido al que la vez pasada le faltó un punche decisivo.

Después de todo, la orientación extrema es lo que ha definido al llamado Porky en competencia electoral dentro de la derecha. Solo que ha tenido la orientación pero no tanto la disposición. Por eso, políticamente hablando, condecorar a su correligionario del Opus Dei Cipriani ha sido hasta ahora su mejor momento. ¿Da para un lanzamiento?

Todavía es un poco temprano. Los candidatos ideológicos (y López Aliaga lo es) necesitan rivales ideológicos que enfrentar desde la partida. Hoy todavía no los hay por ninguna parte. Sin nadie a quién atacar, se corre el riesgo de convertirse en el candidato atacado. Esta vez Keiko Fujimori no se va a dejar quitar los votos tan fácilmente.

López Aliaga no considera la virtual imposibilidad que existe en nuestra historia de pasar del palacio de Nicolás de Ribera el Viejo al palacio de Francisco Pizarro. Alberto Andrade no lo logró, Luis Castañeda Lossio tampoco. Y eso que ambos fueron mucho más simpáticos, populares y eficaces que lo demostrado por el actual inquilino.

¿Veremos más medallas municipales entregadas en Lima? La gente del Opus Dei se debe estar escondiendo a toda velocidad, por ejemplo, con viajes a Madrid. Las chapitas terminarán adornando a personas de la lista Renovación Popular. Hagan cola.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).