La feria de los abusivos, por Mirko Lauer

Pero si así está el Callao, ¿cómo estará Lima? (otra vieja frase criolla). Es decir, ¿Qué conductas veremos cuando se vaya acercando el cambio de gobiernos, y todas estas águilas se conviertan en patos cojos?

Está de regreso la vieja frase criolla “autoridad que no abusa se desprestigia”. Es uno de esos dichos cínicos que parecen sabios a primera vista. Pero en verdad el desprestigio de los abusivos es una cosa real. No piensa así la cúpula de este Gobierno, que se pirla sin empacho en las formas y los procedimientos.

El ejemplo más notorio es el del ministro del Interior, ineficiente e incumplidor de promesas políticas, fabricante de afirmaciones temerarias que no puede demostrar, y en guerra permanente con la Fiscalía de la Nación. A juzgar por sus silencios, los cada vez más frecuentes atentados, asaltos y asesinatos en el país no son cosa suya.

El alcalde de Lima tiene su cuota de abusos en el manejo de sus fueros frente a la propiedad privada, pero eso se disimula bajo el banal atractivo de la idea de obras. Pues se supone que los alcaldes no mejoran la vida del vecindario, sino más bien siembran cemento en lugar de soluciones. Ni una palabra sobre promesas incumplidas, tremendo abuso que derribará sus aspiraciones presidenciales.

Pero la frase que comentamos no es monopolio de las alturas; también viaja hacia abajo. Los encargados de comisarías que simplemente se niegan a acoger denuncias de vecinos víctimas de delincuentes son un grupo esencialmente impune y abusivo, sobre los que no volvemos a escuchar. Algunos incluso son socios de quienes cometieron el crimen.

En el otro extremo de lo anterior están los policías que han visto sus carreras truncadas por su independencia ante el poder. Son policías víctimas del abuso político. Son muy raros los jefes que han pagado por ese abuso. Finalmente abusar es una suerte de homenaje a los superiores, que va subiendo hasta encontrarse con Dina Boluarte misma.

Ella es la reina del abuso, y el número de patentes infracciones a las que simplemente no les hace caso crece cada día. El mayor de ellos, mantener en el cargo a ministros que hace rato que merecen forata. Pero son abusos que no la prestigian. Da igual. A ella nunca le ha importado el qué dirán, ni siquiera esa rima con su nombre de pila, que ya sabemos.

Pero si así está el Callao, ¿cómo estará Lima? (otra vieja frase criolla). Es decir, ¿qué conductas veremos cuando se vaya acercando el cambio de gobiernos, y todas estas águilas se conviertan en patos cojos?

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).