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El día en que la Iglesia Católica Mexicana rompió relaciones con el Vaticano y eligió a su propio papa

Hace 100 años, durante un evento público, el sacerdote mexicano José Joaquín Pérez Budar asumió el título de 'patriarca primado', una figura que era equivalente al del papa.

José Joaquín Pérez Budar fue un sacerdote que vivió intensas transformaciones políticas y sociales. Foto: difusión
José Joaquín Pérez Budar fue un sacerdote que vivió intensas transformaciones políticas y sociales. Foto: difusión

Luego del fallecimiento del papa Francisco, uno de los acontecimientos que genera mayor expectativa en la Iglesia Católica es el cónclave que se celebrará a inicios de mayo. En esta ocasión, 135 cardenales se congregarán en la Capilla Sixtina con el objetivo de escoger al nuevo líder de la Iglesia. Entre los participantes, sobresalen dos representantes de México: Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado del país, y Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.

Frente a este escenario, cabe recordar que México atravesó, hace más de siglo y medio, una etapa de separación con el Vaticano tan radical que desembocó en la designación de un pontífice local, un 'papa mexicano' sin reconocimiento oficial, en uno de los episodios más singulares de su historia con la Iglesia Católica.

La vez que la Iglesia Católica de México rompió relaciones con el Vaticano y eligió a su propio Papa

El 21 de febrero de 1925, José Joaquín Pérez Budar, acompañado por un reducido grupo de sacerdotes y laicos, entre los que se encontraban Manuel Luis Monge, Antonio Benigno López Sierra y Ángel Jiménez Juárez, ingresó por la fuerza al templo de La Soledad, actualmente sede del Archivo General de Notarías en la Ciudad de México. Su objetivo era establecer en ese lugar la sede principal de una nueva entidad religiosa: la Iglesia Católica Apostólica Mexicana (ICAM).

Ese mismo día, mediante un manifiesto público, proclamaron la autonomía de esta Iglesia respecto al Vaticano. Pérez Budar asumió el título de patriarca primado, una figura equivalente al papa dentro de su jerarquía, aunque evitó emplear directamente el término 'papa', posiblemente por la fuerte carga simbólica que implicaba para los fieles católicos.

Entre los cambios que proponía la ICAM se incluían la eliminación del celibato clerical, el uso del idioma español en la liturgia, la interpretación libre de las Escrituras, la prestación gratuita de los sacramentos y la exigencia de que los sacerdotes desempeñaran trabajos civiles para su manutención, en lugar de depender de donaciones. A pesar de estas modificaciones, la organización conservaba la devoción hacia la Virgen María y los santos.

¿Por qué el sacerdote José Joaquín Pérez Budar desafió al Vaticano?

José Joaquín Pérez Budar, originario de Oaxaca y nacido en 1851, vivió desde temprana edad inmerso en un entorno de intensas transformaciones políticas y sociales. Participó como combatiente en el movimiento del Plan de Tuxtepec al lado de Porfirio Díaz.

Tras enviudar poco después de su matrimonio, decidió iniciar su formación religiosa en el seminario. Desde los inicios de su labor sacerdotal adoptó una actitud crítica hacia los privilegios del alto clero, lo que lo llevó a vincularse tanto con círculos protestantes como con la masonería, según señala Ramírez Rancaño.

Pérez Budar se sintió influenciado por los ideales reformistas de personajes como Martín Lutero y el obispo mexicano Eduardo Sánchez Camacho, quien, antes de morir, le habría encomendado promover la creación de una iglesia nacional. Motivado por este legado, asumió esa tarea como un llamado divino. En sus propias palabras, expresó: “Creí llegado el momento y que Dios me llamaba a establecer su amada Iglesia”.

¿Cómo tomó la población la proclamación del 'papa mexicano'?

La designación del nuevo patriarca generó un rechazo generalizado tanto entre los fieles como en la cúpula de la Iglesia Católica. El arzobispo de México, José Mora y del Río, desaprobó abiertamente el movimiento y acusó a Pérez Budar de herejía y cisma. En respuesta, el Vaticano decretó la excomunión para él y para quienes lo apoyaban.

La confrontación se trasladó al ámbito público. Al día siguiente de la ocupación del templo de La Soledad, durante el intento de llevar a cabo la primera misa de la nueva Iglesia, se desató una fuerte oposición popular. Una mujer agredió físicamente al sacerdote encargado de la ceremonia, lo abofeteó, lo mordió y, junto a otros asistentes, lo golpeó con un cirio, hasta que la intervención policial fue necesaria para protegerlo.

Aunque el presidente Plutarco Elías Calles negó tener una implicación directa, varios legisladores afiliados a la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) respaldaron la formación de esta Iglesia nacional, presentándola como un acto “patriótico” que buscaba consolidar la independencia del país también en el ámbito religioso. Sin embargo, con el avance del conflicto cristero y la proximidad de los acuerdos entre el gobierno y el Vaticano, la ICAM comenzó a perder relevancia.