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China gana terreno en los puertos de América Latina y EE. UU. teme un golpe a su seguridad y comercio, según especialista

Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, las relaciones entre Estados Unidos y China se han vuelto más complejas de lo usual, en especial por el control chino del Canal de Panamá y su influencia en puertos latinoamericanos.

Ante la creciente influencia de China en América Latina, Donald Trump y otros líderes estadounidenses buscan estrategias para frenar la expansión de Xi Jinping. Foto: composición LR/AFP
Ante la creciente influencia de China en América Latina, Donald Trump y otros líderes estadounidenses buscan estrategias para frenar la expansión de Xi Jinping. Foto: composición LR/AFP

Desde el ingreso de Donal Trump a la presidencia, Estados Unidos ha mantenido tensas relaciones con China. Uno de los puntos de mayor tensión se presentó cuando el mandatario acuso al gigante asiático de controlar el Canal de Panamá y el comercio que se da a través de esta estratégica vía. Esta situación, y el constante aumento de empresas chinas en algunos de los puertos más importantes de América Latina, llevó a que el subcomité de Seguridad Marítima y Transportes de la Cámara de Representantes convocará el pasado 11 de febrero a especialistas que analizaran los riegos que representan para la seguridad y comercio estadounidense.

De acuerdo con el especialista Isaac Kardon, investigador del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, empresas chinas han adquirido participaciones en 15 puertos en la región, incluidas cinco terminales en Estados Unidos.

China y su creciente influencia en los puertos de América Latina

La expansión de China en infraestructura portuaria en América Latina responde a su estrategia de consolidación en el comercio marítimo global. Empresas estatales como Costco y China Merchants han adquirido concesiones en terminales estratégicas en Brasil, Perú y Panamá, con el objetivo de fortalecer su acceso a recursos naturales y mercados emergentes.

El puerto de Chancay, al norte de Lima, Perú, es un claro ejemplo de esta estrategia. Se trata de un megaproyecto de US$ 3.500 millones, impulsado por China Merchants, que busca convertir a la región en un punto clave para el comercio entre América Latina y Asia. En Brasil, el puerto de Paranaguá ha recibido inversiones chinas que lo posicionan como un nodo estratégico en la exportación de soja y minerales hacia China.

Estados Unidos y su plan para contrarrestar la expansión de China en los puertos de América

Ante la creciente influencia de China en los puertos latinoamericanos, Estados Unidos ha comenzado a tomar medidas para contrarrestar este avance. De acuerdo con Matthew Kroenig, experto en seguridad del Atlantic Council, Washington teme que Pekín utilice estos puertos para obstaculizar el comercio internacional y desplegar tecnologías de vigilancia en la región.

Como respuesta, EE. UU. busca aumentar su presencia en la infraestructura portuaria de la región mediante inversiones directas y el fortalecimiento de alianzas con países clave. Cary Davis, presidente de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA), ha instado al gobierno a ofrecer alternativas financieras atractivas para que los países de América Latina no dependan de la inversión china.

Por su parte, Ryan C. Berg, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, sugiere que EE. UU. implemente una estrategia proactiva en lugar de solo reaccionar ante el avance de China. Como ejemplo, menciona el puerto de Chancay, donde sería más eficiente incentivar la inversión de empresas estadounidenses, en lugar de intentar revertir el proyecto chino.

Además, Washington busca fortalecer la ciberseguridad en puertos clave para evitar la vulnerabilidad de sus sistemas ante equipos y software de fabricación china.