Este megaproyecto buscaba abrir rutas comerciales entre el océano Pacífico y el Atlántico: iba a ser una nueva red de transporte
El proyecto buscaba facilitar la navegación fluvial durante todo el año. Sin embargo, las comunidades indígenas temían que la obra afectara sus territorios y recursos naturales.
A mediados del siglo XXI, las propuestas de grandes infraestructuras comenzaron a ser un tema recurrente en la agenda de diversos gobiernos y corporaciones. Entre ellos, un proyecto se destacaba por su ambición y alcance, la creación de una nueva red de transporte que uniría el océano Pacífico con el Atlántico.
Este megaproyecto, concebido como una alternativa estratégica a las rutas marítimas tradicionales, apuntaba a establecer un corredor comercial que no solo transformaría el comercio global, sino también el desarrollo económico y la infraestructura de varios países a lo largo de su ruta.
¿Cuál fue el megaproyecto que buscaba abrir rutas comerciales entre el océano Pacífico y el Atlántico?
El megaproyecto que buscaba abrir rutas comerciales entre el océano Pacífico y el Atlántico es el Hidrovía Amazónica. Este proyecto, adjudicado en 2017, tenía como objetivo desarrollar un sistema de transporte fluvial a lo largo de más de 2,600 kilómetros de ríos como el Huallaga, Marañón, Ucayali y Amazonas.
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La intención era crear una red de transporte que además de conectar la selva peruana, también establezca rutas comerciales eficientes entre Perú y Brasil, abriendo vías de acceso al océano Atlántico y Pacífico para ambos países.
Las mujeres indígenas Kukama Kukamiria cuestionaron el proyecto Hidrovía Amazónica, que amenazaba 410 comunidades nativas en la Amazonía peruana. Foto: difusión
¿Qué beneficios iba a traer la Hidrovía Amazónica?
El gobierno peruano esperaba que la Hidrovía Amazónica impulse el desarrollo económico de la región amazónica. Asimismo, se anticipa la creación de nuevos puertos, la expansión de negocios relacionados con la logística y el transporte, así como la llegada de nuevas empresas.
Además, el proyecto iba a reducir los costos y tiempos de transporte de mercancías, lo que beneficiaría a las comunidades al facilitar el acceso a servicios básicos como educación, salud y programas sociales, mejorando así la calidad de vida.
¿Por qué las comunidades indígenas desconfiaban del proyecto?
Las comunidades indígenas expresaron desconfianza hacia la Hidrovía Amazónica porque temían que el proyecto pudiera afectar negativamente sus territorios y recursos. Estos pueblos temían la falta de consulta y la posibilidad de que sus derechos no fueran respetados.
En respuesta, se realizó una consulta previa en la que participaron alrededor de 400 comunidades, logrando más de 40 acuerdos que aseguraron el respeto de sus derechos y la protección del entorno natural.
Falta de infraestructura vial en la selva peruana hace que el 90% de los desplazamientos se realicen por transporte fluvial, crucial para la comunicación y comercio. Foto: difusión
¿Por qué se presentó una demanda judicial contra el proyecto y en qué año?
La demanda judicial fue presentada en 2018 por Mari Luz Canaquiri, presidenta de la Federación de Mujeres Indígenas Kukama Huaynakana Kamatahuara Kana, en conjunto con el Vicariato de Iquitos y el Instituto de Defensa Legal (IDL).
Estas organizaciones argumentaron que el proyecto violaba el Convenio 169 de la OIT, que protege el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados y a participar en decisiones que afectan su vida, territorio y recursos.
¿Qué decisión tomó la Sala Civil de Loreto?
La Sala Civil de Loreto falló a favor de las mujeres indígenas Kukama Kukamiria, protegiendo sus territorios contra el proyecto Hidrovía Amazónica. El fallo obligaba a la consultora encargada de elaborar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto a incluir evaluaciones de impactos sociales, culturales y espirituales en articulación con las comunidades afectadas.