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Domingo

Jesús Salazar Nishi: "El empresario peruano ha vivido muy de espaldas al desarrollo del Perú”

A punto de terminar el 2024, el expresidente de la SNI ofrece su visión sobre el impacto de la inseguridad ciudadana en la actividad industrial y habla de su nuevo libro, en el que expone su idea de un país industrializado para el 2050.  

El libro "Perú: país sostenible" (Planeta/2024) recoge las ideas de Salazar Nishi en sectores específicos de nuestra actividad industrial. Fotografía: John Reyes / La República
El libro "Perú: país sostenible" (Planeta/2024) recoge las ideas de Salazar Nishi en sectores específicos de nuestra actividad industrial. Fotografía: John Reyes / La República

El expresidente de la SNI hace un repaso de la complicaciones afrontadas por el sector industrial en el 2024; lanza un resumen de su visión sobre el desarrollo del país, contenida en su libro Perú: país sostenible (Planeta/2024); y llama a diversos actores a involucrarse en política para salir de la crisis actual.  

Fue presidente de la SNI hasta junio.

Exacto, hasta el 12 de junio de este año, y fueron dos años al frente de la Sociedad Nacional de Industria.

Este año ha sido muy complicado para su sector. Veía un informe de la SNI que decía que uno de los principales factores que han frenado la producción de las empresas industriales fue la inseguridad ciudadana. Y al menos un 45% de los empresarios ha tenido que aumentar el gasto que destinaba para seguridad.

La inseguridad ciudadana es uno de los factores que los industriales vienen refiriendo como un obstáculo para su crecimiento. Pero esto es a nivel general, porque el tema de la seguridad está atacando sobre todo al micro y pequeño empresario. Que ahora, en los presupuestos de los industriales, estemos incluyendo partidas para seguridad, eso sí es cierto, cosa que antes no lo era.

¿Es una cosa de este año?

Yo diría que este año se ha incrementado. Se ha visto graficada en los presupuestos una partida específica para la seguridad, cosa que antes estaba metida en el gasto general, sin nombre propio. Y esto, dependiendo del tamaño de la empresa, golpea más.

En diciembre del 2023, la SNI junto con Capeco y el gremio de construcción civil encabezaron una marcha…

… La Marcha por la Paz, efectivamente.

En ese momento, usted decía: “No vemos una estrategia nacional de lucha contra la inseguridad ciudadana”. ¿Ha cambiado esa situación?

Yo lamento que, después de un año exactamente de haber hecho esa marcha, tenga que referirme de la misma manera y con el atenuante de estar en condiciones peores de inseguridad. Porque nadie me va a desmentir que a diciembre de este año estamos peor que en diciembre del año pasado. La delincuencia ha ganado terreno. Yo escucho decir frecuentemente al ministro del Interior y al jefe de la Policía que ellos están trabajando. Y yo entiendo que el policía todos los días sale a combatir el crimen. Lo que cuestionamos nosotros, y ahora yo lo hago desde el IDIS (Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible), es que ese trabajo no ha tenido la eficacia que el país requiere. Porque, a ver, usted debe haber escuchado a la presidenta o al propio ministro decir que hemos capturado tantos miles de delincuentes o hemos desarticulado tantos cientos de bandas. Bueno, yo no voy a dudar de esa estadística. Pero si eso no se refleja en una baja de la delincuencia y de la percepción de inseguridad, ¿qué sentido tiene?

Claro, el Gobierno puede decir una serie de cifras, pero ese mismo día matan al menos a dos personas.

O declaran en emergencia un distrito y ese mismo día están matando a gente. Y eso está pasando en Lima y en todo el Perú. Yo recuerdo en esa marcha por la paz del año pasado, a la que se unieron varios gremios, que a mitad del camino nos interceptó el que era en ese momento ministro del Interior y nos pidió un alto y nos dijo que estaban dispuestos a reunirse, que nos iba a llamar. Bueno, pasaron los días, el señor fue cambiado y nadie nos llamó.

¿Nunca fueron convocados?

Sí ha habido, aunque sin mayor efectividad, una convocatoria de la presidenta a los gremios para hablar de la inseguridad. Y ahí nos juntamos con algunos ministros. Es más, pedimos ser parte del Consejo Nacional de Seguridad, tener voz y voto, porque había que estar ahí, decidiendo en los temas en los que somos los principales dolientes. Pero, bueno, lo que a mí me queda claro es que el Gobierno está más preocupado en dar señales de estar haciendo algo que en realmente sentarse a planificar una estructura de largo plazo. Y eso es lamentable, porque hemos caído en reuniones y en fotos para la prensa, pero en acciones concretas y que sean eficaces, nada.

Entonces, el Estado ha vendido una idea, una figura, pero no tiene nada detrás.

Digamos que tiene que venderla, porque hay desconfianza. Pero, a ver, ¿quién puede dudar de que los que somos empresarios cada día estamos con la duda de seguir invirtiendo mientras siga esta ola de delincuencia y de inseguridad?

En su libro usted habla de un país industrializado para el 2050.

Sí.

Pero eso tiene el actual lastre. ¿Cómo logramos eso sin haber superado este momento tan complicado?

Cuando yo hablo de un 2050 con el Perú como país industrializado, y sobre todo con una industria sostenible, es pensando en un plan de largo plazo en el que debemos ponernos de acuerdo todos los sectores de la economía. Aquí no se trata de que el presidente de la República saque un decreto y diga que en 2050 vamos a ser industrializados. Se trata de planificar. Y este libro es un llamado a la reflexión, porque el Perú está acostumbrado a atacar coyunturas, a estar mirando el día a día, sin ver el futuro.

Usted dice que la visión de crecimiento del país no debe ser meramente económica. Y que no nos debemos centrar únicamente en el crecimiento del PBI, en las que para muchos son las sagradas cifras del PBI, y que debemos ir más allá. ¿Qué es ir más allá?

A ver, ¿quién puede negar que el Perú en los 30 últimos años ha crecido tremendamente? Hemos tenido un crecimiento de 3,1 veces nuestro PBI, 4,5 veces de inversión privada, 16 veces de exportación. Es decir, el Perú tiene unas cifras macroeconómicas fenomenales. Sin embargo, yo tuve la oportunidad, en estos dos años al frente de la SNI, de recorrer las regiones. Y encontré brechas enormes, económicas y sociales fundamentalmente. Entonces, el Perú creció económicamente, pero ¿se desarrolló? No. Ahí viene el problema. Crecimiento económico sin desarrollo no tiene ningún sentido. Y eso es lo que hizo el Perú. Pero para que eso suceda, nosotros planteamos un desarrollo sostenible. Y para dejarlo en claro, desarrollo sostenible es crecimiento económico siendo socialmente responsable, socialmente inclusivo y ambientalmente responsable. Es decir, la política de desarrollo del Perú tiene que ser tridimensional. Pensando en el desarrollo económico, pensando en cómo convertir ese desarrollo económico para hacer inclusión social y cerrar brechas entre regiones. Y, por último, cómo cuidamos nuestra naturaleza.

Señor Salazar, suena a que está en campaña.

¿Usted sabe que siempre me dicen eso? (Se ríe) Incluso me lo dijeron una vez en la institución en la que fui presidente: “Estás hablando como político”. Pero, a ver, ¿escribir este libro y proponer una ruta de desarrollo en Perú no es hacer política? ¡Claro que lo es! Lo que no he hecho y no voy a hacer es política partidaria. No me voy a inscribir en ningún partido. Lo que yo quiero es colaborar con el desarrollo de mi país. Voy a seguir escribiendo libros, voy a seguir haciendo investigación.

Lo que usted dice suena interesante. Un desarrollo sostenible del país centrado en la gente y con respeto al medio ambiente. ¿Cómo hacemos eso si hay grupos que representan, por ejemplo, a los madereros ilegales en el Congreso? ¿Cómo hacemos eso si las reglas del juego están invertidas?

Ese es uno de los retos que el Perú tiene que aprender a solucionar. No tenemos filtros adecuados para que esta economía criminal no tenga representación. No solamente local, sino nacional, como lo estamos mirando.

Ahora hablamos de bancadas enteras que representan intereses de economías ilegales.

Y la pregunta es ¿la solución por dónde va? Si yo dijera, bueno, encarguemos a las autoridades electorales el control, el filtro, estaríamos hablando de lo mismo. Y la verdad, si el Perú padece de algo, y por eso no llega a ser desarrollado, es de falta de institucionalidad. El Perú carece de institucionalidad. Y lo dicen los autores que ganaron el Premio Nobel de Economía. ¿Por qué fracasan los países? Fundamentalmente, por la baja institucionalidad. Los países que tenemos instituciones débiles, como el Perú, estamos condenados al subdesarrollo.

¿Quién ha debilitado esas instituciones? ¿Nosotros? ¿Los políticos? ¿El Congreso?

Desgraciadamente, es una cadena. Yo diría que las personas que actúan mal destruyen instituciones para favorecerse. Esa es la verdad. ¿Y los partidos políticos alguna vez en el país fueron grandes instituciones? Sí, revisemos la historia, claro, con sus bemoles, lo que uno quiera, pero eran instituciones. ¿Había ideologías representadas? Sí. Hoy qué representan. Ahí viene el problema. ¿Quién cambió eso, el sistema electoral? No, las personas. La Policía Nacional, el Poder Judicial, el Poder Legislativo y el Ejecutivo ¿son instituciones que gozan del respeto de la ciudadanía hoy? No. ¿Y quiénes cambiaron eso? ¿La ley electoral? No, las personas.

Pero no todas las personas. Usted y yo no.

No, claro que no. Y allí va mi esperanza y mi excesivo positivismo. Yo sí creo que hay muchos peruanos que están con la misma preocupación que nosotros y a ellos les digo: cambiemos el país. Con nuestro voto, podemos cambiar el país, aprendamos a elegir y metámonos en política. Eso significa dar nuestro punto de vista, dar algún tipo de iniciativa.

Dice que dejemos de pensar en la política como una mala palabra.

Es correcto. Hay que redignificar la política. No puede ser que todo el mundo diga: “Yo no quiero meterme, yo no opino, yo solo veo mi negocio”. Mira el país en el que estamos por haber dicho eso durante tantos años. Igual, el empresario peruano. El empresario peruano vivió muy de espaldas al desarrollo del Perú y solo mirando el desarrollo de su empresa.

¿Y usted siente que sus colegas empresarios han despertado un poco?

Yo entiendo que hay más actividad empresarial consciente de la realidad nacional. Yo sí creo eso. Pero, a ver, también debemos ser autocríticos. Esta es una acción reactiva. Ojalá hubiéramos abierto los ojos y participado más activamente con ideas en el momento en que todavía se podía salvar esto. Eso es lo que me decían a mí, por ejemplo, hace muchos años, los antiguos empresarios: “No debemos meternos en política. Nosotros debemos estar a la expectativa de quién gana. Pero nosotros no debemos participar, no debemos opinar, no, perfil bajo”.

Probablemente, los empresarios que le decían eso, a espaldas suyas y de otros miembros de la SNI, financiaban algunas campañas políticas.

Yo no tengo ninguna duda. Es probable. Y creerían de repente que con eso estaban contribuyendo al país.