Cultural

La ruta literaria, política y personal de Mario Vargas Llosa

Infografía. La vida de nuestro mayor escritor es también una novela con capítulos que aún faltan por escribirse. Si lo hecho y conocido es para admirar, lo que no se sabe no hace más que acrecentar la leyenda de un escritor de quien aún hay mucho por abordar.

Mario Vargas Llosa. Foto: Difusión.
Mario Vargas Llosa. Foto: Difusión.

Como bien indicó el propio Mario Vargas Llosa: si no hubiera sido por el colegio militar Leoncio Prado, adonde fue a estudiar por orden de su padre para que así se alejen de su hijo las tentaciones de la vida inútil, no sería escritor. En ese espacio, no solo conocería la diversidad del Perú, sino también la escritura constante a razón de las cartas que sus compañeros le pedían que escriba a sus enamoradas. Tuvo, además, como profesor al poeta César Moro.

Un recorrido por la presente infografía nos arroja una evidencia: desde muy joven, Mario Vargas Llosa quiso ser escritor y se preparó para ello durante toda su vida. Pero su vida es también una deuda para investigadores y biógrafos. Si lo que se sabe es ya mítico, como aquel puñetazo que le propinó a Gabriel García Márquez en México en febrero de 1976 (entonces grandes escritores que aún no habían obtenido el premio Nobel de Literatura), lo que aún falta por explorar son sus primeros años en París, adonde se dirigió en los 60 a consagrarse a la literatura, muy influenciado por Jean Paul Sartre y, mucho tiempo después, por Albert Camus.

En Francia sustentó su intención de ser un escritor comprometido con su tiempo. Francia es el país que le dio más culturalmente, porque a las figuras de Sartre y Camus sumemos dos más que deberíamos empezar a subrayar: André Malraux y Victor Hugo. No citamos a Gustave Flaubert, de evidente influencia en Vargas Llosa en cuanto al tratamiento estructural de la novela, porque su vida no estuvo pautada por el activismo político como sí con Sartre y Camus. Cuando tenía 33 años, publicó Conversación en La Catedral, quizá su novela más redonda, y ya era famoso en el mundo hispanoamericano y traducido a muchas lenguas. Estaba a favor de la revolución cubana hasta que le dijo no más a razón del caso Padilla de 1971. Desde ese año empezó un lento viraje a la derecha. El hombre político empezó a manifestarse más, y en ese camino tuvo aciertos y errores. Y el hombre personal no se quedó atrás, pero este aspecto lo ha documentado la prensa del corazón.

Lo que importa es que Vargas Llosa regresó con su familia y pasó con ella sus últimos días. Con ella compartió la alegría del Nobel de Literatura 2010 y su ingreso a la Academia Francesa en 2023. Hitos que serán muy difíciles de superar y no solo en el ámbito peruano. Pero como dijimos líneas atrás: esos primeros años en París son un misterio. ¿Qué hizo? ¿De qué vivía? ¿A qué personalidades conoció? ¿Cómo era el joven Vargas Llosa queriéndose abrir paso en un circuito donde muchos tenían las mismas ambiciones que él? Hablamos, pues, de un hombre inagotable. Un peruano universal que deja más preguntas que respuestas. Felizmente, nos quedan sus libros para guiarnos con ellos.

Veamos:

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