Paleontólogos descubren la especie de hormiga más antigua que vivió en Sudamérica hace 113 millones de años
El análisis del fósil de hormiga, aún preservado, plantea nuevas interrogantes sobre la evolución y distribución temprana de las hormigas en Sudamérica durante la era de los dinosaurios.
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El análisis paleontológico de un fósil resguardado en el Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo, en Brasil, permitió identificar a la hormiga del infierno (Vulcanidris cratensis), una de las especies de hormiga más antiguas de Sudamérica. Datado en 113 millones de años, el ejemplar formaba parte de una colección histórica que había permanecido inadvertida en el museo.
Hasta ahora, los fósiles de hormigas más antiguos habían sido hallados en ámbar de Francia y Myanmar, fechados en alrededor de 99 millones de años. La existencia de Vulcanidris cratensis encontrada en la reconocida Formación Crato sugiere que las hormigas prehistóricas ya estaban ampliamente distribuidas en diferentes continentes.

El fósil de una hormiga del infierno de 113 millones de años conserva pequeños detalles de las alas. Foto: Current Biology

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¿Qué características tiene la hormiga del infierno?
El fósil corresponde a una subfamilia extinta Haidomyrmecinae. Estas hormigas prehistóricas, famosas por sus mandíbulas en forma de hoz, desarrollaron un método letal para capturar a sus presas. En el caso de Vulcanidris cratensis, los científicos observaron unas mandíbulas que sobresalían hacia adelante desde la cabeza, cerca de los ojos, una característica que permitía sujetar y levantar a sus víctimas de manera eficiente.

Se utilizó una tomografía computarizada para visualizar el aspecto que habría tenido la hormiga. Foto: Current Biology
La preservación en roca caliza permitió a los paleontólogos utilizar técnicas de microtomografía computarizada para examinar detalles que el simple ojo humano no podría detectar. Anderson Lepeco, investigador principal del estudio, describió el hallazgo como "un fósil extraordinario que reescribe parte de la historia evolutiva de las hormigas". A diferencia de las hormigas modernas, las hormigas del infierno como la Vulcanidris poseían alas con un patrón de venas mucho más complejo, mostrando su vínculo evolutivo con avispas primitivas.
Un diseño evolutivo asombroso
El análisis del fósil de insecto reveló una adaptación sorprendente: las mandíbulas de la hormiga funcionaban como un montacargas, un mecanismo que permitía levantar a las presas con movimientos verticales, en lugar de los movimientos laterales habituales en las hormigas actuales. Esta sofisticada herramienta evolutiva muestra que, desde el Cretácico temprano, estos insectos ya experimentaban con estrategias de depredación altamente especializadas.
Phil Barden, experto del Instituto Tecnológico de Nueva Jersey, explicó que el descubrimiento de Vulcanidris cratensis no solo llena un vacío en el registro fósil de insectos en roca, sino que también plantea nuevas preguntas sobre la distribución temprana de las hormigas en el Sudamérica. "Su existencia en Brasil durante la era de los dinosaurios demuestra que la evolución de las hormigas comenzó mucho antes de su dominio tras la extinción masiva", indicó Barden.

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¿Qué revela este descubrimiento sobre la evolución de las hormigas?
El descubrimiento sugiere que tras la extinción de los dinosaurios, las hormigas aprovecharon los cambios ecológicos para consolidarse como uno de los grupos de insectos más exitosos del planeta. La Formación Crato, célebre por preservar fósiles excepcionales, vuelve a ser protagonista al aportar información crítica para la paleontología en Sudamérica.