Agencias

Golpeada por Trump, la UE busca nuevos socios comerciales desde el Mercosur a países de Asia


Golpeada por la nueva política arancelaria de Estados Unidos, la UE inició un proceso de diversificación de sus asociaciones comerciales, con los ojos puestos en países de Asia o el bloque sudamericano del Mercosur.

Cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, impuso aranceles generalizados en una jornada que bautizó como el "Día de la Liberación", los máximos dirigentes de la UE estaban en Uzbekistán, en negociaciones para impulsar el comercio con los países de Asia Central.

Trump posteriormente anunció una "pausa" en su andanada de aranceles, y la UE hizo lo mismo con las represalias que preparaba, pero el proceso de diversificación sigue a toda marcha.

Se trata de una tarea mayúscula, toda vez que el intercambio comercial entre la UE y Estados Unidos es monumental, y en 2023 alcanzó el equivalente a 1,8 billones de dólares.

No obstante, Varg Folkman, experto del Centro Europeo de Política (EPC), apuntó que "la modificación en las rutas y los flujos comerciales tomará tiempo. Eso no es algo que pueda ocurrir de un día a otro".

El Consejo Europeo informó el viernes que prepara una cumbre con China para la segunda mitad del mes de julio.

Como resultado de esa aproximación, el presidente chino, Xi Jinping, dijo el viernes que "China y la UE deben asumir sus responsabilidades internacionales, y proteger juntas la globalización económica".

"Europa continúa enfocándose en diversificar sus asociaciones comerciales, comprometiéndose con países que representan el 87% del comercio mundial y comparten nuestro compromiso con un intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas", anunció la UE el jueves.

- ¿Acuerdo con el Mercorsur? -

También varios países del bloque piden que se apruebe el acuerdo de libre comercio con el Mercosur, después de que ambas partes anunciaran haber finalizado un entendimiento político.

La Comisión Económica, el brazo ejecutivo de la UE, espera presentar una propuesta a los países del bloque sobre el acuerdo con el Mercosur "antes del fin del verano boreal", es decir antes de septiembre, según indicó uno de sus portavoces.

A pesar del anuncio de este entendimiento político hace cuatro meses, la cuestión sigue generando controversias en la UE, y Francia se mantiene firme en su oposición al tratado.

La ministra francesa de Agricultura, Annie Genevard, dijo esta semana que el acuerdo "era malo ayer y sigue siéndolo" y no es un "remedio" a los aranceles de Trump.

En tanto, Finlandia y Suecia ya se manifestaron en favor de la aprobación del acuerdo, y Austria --un país que durante mucho tiempo expresó objeciones-- ha cambiado de posición.

España y Alemania son firmes defensoras del acuerdo.

Por otro lado, los presidentes del Consejo Europeo, António Costa, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también anunciaron que estarán presentes en noviembre en Colombia para la IV Cumbre entre la UE y la CELAC.

Poco antes de la investidura de Trump, la UE había también expresado su deseo de fortalecer los lazos comerciales con México, al concluir las negociaciones para la modernización del acuerdo global bilateral.

A inicios de abril, la UE también anunció el relanzamiento de las conversaciones sobre libre comercio con Emiratos Árabes Unidos, y ha hecho lo mismo con Malasia.

En febrero y marzo altos funcionarios europeos mantuvieron encuentros con dirigentes de India y Sudáfrica, al tiempo que el bloque abrió canales de comunicación con Canadá.

- La opción china -

Las relaciones entre Bruselas y Pekín han pasado por momentos de calma y otros de turbulencia, pero no se puede dejar de lado la importancia que representa el gigante asiático.

Varios dirigentes europeos, incluyendo al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, viajaron recientemente a China para encuentros de alto nivel.

España está "firmemente comprometida" con a apertura de la UE al sudeste asiático, dijo Sánchez.

La aproximación a China, sin embargo, exige cautela.

De un lado, los europeos quieren evitar que, ante una guerra comercial entre Pekín y Washington, la UE se vea inundada de productos chinos en busca de un mercado.

Y de otro lado, China y la UE deben superar sus propias tensiones comerciales, como los pesados aranceles europeos a los automóviles eléctricos producidos en el gigante asiático.

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