Agencias

Una exposición sobre Ana Frank presenta el Holocausto a las jóvenes generaciones


Cuando se cumplen 80 años del fin del Holocausto, Nueva York exhibe a partir de este lunes una reproducción del escondite donde Ana Frank y su familia trataron de escapar a los nazis, en un intento de mantener la memoria viva, en particular, entre las nuevas generaciones.

La recreación del pequeño escondite que compartieron la joven estudiante de origen judío y otras siete personas en el Centro de Historia Judía de Manhattan es la primera réplica que se exhibe fuera de Ámsterdam. Podrá ser visitada gratuitamente por miles de escolares.

"Viven en un mundo diferente. Tienen un entorno muy diferente. Todavía les interesa este asunto pero saben menos", dice el director ejecutivo de la Casa de Ana Frank, Ronald Leopold.

A diferencia de museo de Ámsterdam, erigido en el edificio donde Ana Frank se escondió de los nazis y escribió su famoso diario durante la II Guerra Mundial, la reproducción de Nueva York está amueblada como lo habría estado en la década de 1940.

Los visitantes son conducidos a través de una biblioteca como aquella tras la que Ana y su familia se escondieron de la persecución nazi después de que Margot, la hermana de Ana, recibió órdenes de ir a un campo de trabajo en julio de 1942.

La exposición está animada en gran medida por instalaciones visuales y utiliza sobre todo audioguías adaptadas a diferentes grupos de edad y exposiciones interactivas, como un mapa gigante de Europa en el suelo y la maquinaria nazi del exterminio de los judíos.

"Así es como pensamos que, en este momento, se puede acercar la memoria del Holocausto a estas jóvenes generaciones", explica Leopold.

- No es cosa del pasado -

Un escenarista con experiencia en teatro y ópera recreó maquetas de las habitaciones utilizadas por Ana Frank y su familia utilizando dos modelos a escala encargadas por Otto Frank, el padre de Ana, en los años sesenta.

La lucha diaria de la vida en la clandestinidad se ilustra con objetos y fotos corrientes, incluidos objetos que pertenecieron a Ana Frank, como el primer diario que le regalaron cuando cumplió 13 años, el 12 de junio de 1942.

Desde entonces, su diario se ha publicado en más de 70 idiomas y se han vendido millones de ejemplares.

Narra su vida como una adolescente corriente que vivía en circunstancias extraordinarias hasta su detención junto con todos sus acompañantes en agosto de 1944, tras 25 meses escondida.

Murió junto con Margot en el campo de concentración de Bergen-Belsen en febrero de 1945.

"Ahora los jóvenes (pueden) venir a esta exposición y conocer lo que significa estar escondido, lo que significa ser perseguido", dice Hannah Elias, nieta de Buddy Elias, primo de Ana Frank.

"Esto tiene una fuerte conexión con el presente, porque todavía hay mucha gente que es perseguida y que tiene que esconderse, y saber que no es algo del pasado. No es algo con lo que podamos cerrar un capítulo".

La exposición se abrió al público el lunes, coincidiendo con el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto y el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz.

"La Casa de Ana Frank nos muestra que nuestra responsabilidad nunca ha sido mayor", dijo Leopold.

"Esta historia no es sólo pasado. Es un recordatorio y un llamado a la acción para el presente y para el futuro: contra el antisemitismo y contra otras formas de odio", agrega.

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