Prójimos trans entre nosotros, por Mirko Lauer


Entre los 40 seleccionados por el Vaticano para despedir a Francisco habrá cuatro personas trans. El grupo ha sido seleccionado en virtud de minorías por las que el papa tuvo especial interés. Al inicio de la pandemia Francisco empezó a reunirse en el Vaticano con mujeres trans, buena parte de ellas trabajadoras sexuales.

    En algún momento del 2023 Francisco dijo que las personas trans podían ser bautizadas católicas o volverse padrinos/madrinas. Es una comunidad con problemas difíciles, y un tema difícil en sí mismo. Así, el papa se movió entre el liberalismo y la afectividad por estos marginados, y ciertos límites que le imponía el dogma católico.

    La postura de Francisco fue llanamente un llamado a reconocer que los trans tienen un lugar en este mundo, a contracorriente de la mayoría de gobiernos (incluyendo a muchos que se están echando atrás). En los EEUU y GB prácticamente están buscando “prohibir” que existan, por diversos caminos.

    En más de un sentido, lo trans está en el centro de la guerra cultural en estos tiempos. Por lo pronto Donald Trump ha lanzado una cruzada contra las personas transgénero, particularmente los jóvenes, expresada en seis de sus primeras órdenes ejecutivas, todas vejatorias. Es probable que estas medidas se extiendan a toda la comunidad LGTB.

    Los conservadores del mundo no necesitan a Trump para denigrar a los trans. La corte suprema británica plantea que las mujeres trans no deben ser reconocidas como mujeres. De modo que sexo en Gran Bretaña solo significa sexo biológico. El primer ministro Keir Starmer, laborista él, se lava las manos y acata sin problemas el dictamen de la corte suprema.

    Emmanuel Macron acaba de criticar la parte del programa de la izquierda francesa que propone que se pueda cambiar de identidad sexual en cualquier municipio. Dicho sea de paso, hace tiempo que la extrema derecha interesadamente circula el bulo según el cual la primera dama francesa nació varón y luego cambió su sexo. No hay prueba alguna, pero el rumor sigue dando vueltas.

    Leyendo Sexual Personae (1990), de Camille Paglia, me sorprende el importantísimo papel que ha tenido desde la remota antigüedad lo trans, en la religión y en la vida civil. La capacidad de Egipto, Grecia o Roma, en occidente, para aceptar lo distinto nos muestra lo oscuro que a toda velocidad se está poniendo este siglo XXI.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).