Nicanor Boluarte ha recibido, luego de pasar 50 días prófugo, la gracia de ahorrarse los 36 meses de prisión preventiva que se le había dictado. Se suponía que ese tipo de prisión es para que el investigado no se fugue. Pero parece que cuando este ya se fugó, la preventiva se vuelve innecesaria, si hemos entendido bien.
Pero en este caso el peligro de fuga con protección desde las alturas sigue allí, sobre todo si a Nicolás Boluarte le empieza a ir mal en el juicio. Hasta ese momento puede hacer lo que quiera, incluso viajar a Davos con su hermana. Aunque más debe interesarle viajar por el país y retomar la construcción del partido boluartista en que estaba empeñado.
Todo este asunto tiene un fuerte tufo a privilegio oficialista: el hombre fue objeto de una orden de captura, pero no pasó ni un solo día preso; ahora es librado de una obligación que en los hechos nunca tuvo; Boluarte y sus socios operativos, los presos y los libres, han pasado a tener plena libertad de circulación.
Si recordamos bien, los problemas del hermano Nicanor comenzaron cuando se hizo público que estaba poniendo en marcha un partido boluartista (Ciudadanos por el Perú) con base en el reclutamiento, y en algunos casos el nombramiento, de prefectos, subprefectos y otros funcionarios. Una orden de captura enfrió esos entusiasmos.
La idea de un partido de los Boluarte es compleja. De un lado parece útil para lograr en el Congreso una cierta presencia. De otro lado, con menos de 5% de aprobación, el boluartismo no parece orientado a superar la valla indispensable para entrar al Congreso. Pero para el hermano son largos meses de chamba.
Pero no solo era la utopía del partido ciudadano. También había, sostienen los fiscales, la distopía de cobrar por los nombramientos de prefectos y subprefectos sumas entre los 50 y los 100.000 soles. La presidenta ha logrado mantener un tabique entre ella y las actividades de su hermano. Son cosas más serias que una rinoplastía o un reloj prestado.
Esta revocación ¿significa que hay dudas sobre las responsabilidades del hermano, una suerte de perdón adelantado y disimulado? De otra parte, ¿los 50 días de descarada fuga no son en sí mismos un delito que merece mantener al acusado entre rejas? El día de San Nicanor ha sido hace poco, el 10 de enero.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).