Los padrinos de SJL (I, II, III, IV), por Mirko Lauer

"Un aspecto serio del problema es que esta nueva forma de delincuencia policial (ya había en SJL un sereno extorsionador con amenazas al alcalde en setiembre pasado) no parece algo excepcional, y tampoco tiene manera de serlo"

Una explicación adicional sobre por qué la extorsión está creciendo: la propia policía está en el negocio. Hay efectivos participando en bandas, operando por cuenta propia, y hasta cobrándoles a los comerciantes para protegerlos de los extorsionistas. Es decir, los demás extorsionistas. Sobre esto último acaba de comenzar una investigación en SJL.

Para referirse al problema hay varias expresiones. Es frecuente decir malos policías, por si el público no ha sacado su cuenta. A veces decir policías a secas puede parecer demasiado tajante. Quizás invite a decir presuntos malos policías. Delincuentes infiltrados en la institución no es una mala fórmula, pero da mucho que pensar, quizás.

Como en SJL hay policías vendiendo protección frente a los extorsionadores sin uniforme, ¿cómo nos explicamos el crecimiento tan fuerte de estos crímenes? ¿Para qué pagar al policía si voy a seguir extorsionado? ¿A quién denuncio a la postre? ¿Al que dice proteger o al que sigue amenazando? Quizás a los dos, ¿pero en qué orden?

Un aspecto serio del problema es que esta nueva forma de delincuencia policial (ya había en SJL un sereno extorsionador con amenazas al alcalde en setiembre pasado) no parece algo excepcional, y tampoco tiene manera de serlo. En una institución como la PNP esta forma de criminalidad o pasa o es pronto replicada, a la vuelta de la esquina.

Los policías lanzados al delito están mejor organizados, más protegidos, mucho mejor relacionados, y quizás por todo eso se sienten más seguros que los hampones silvestres. Nadie denuncia al que le ofrece venderle protección, aunque esta protección resulte una extorsión en sí misma. Además, ¿ante quién denunciarlos?

Aquí entran a tallar el abogado de terno muy oscuro y su amiga la presunción de inocencia. ¿Era cierta la intención de proteger al vecino de SJL? En cualquier caso, esa oferta nos parece ilegal, incluso cuando funciona. ¿Y cómo sabe el vecino que ya está funcionando, o si policías y cacos se están repartiendo la plata, otra vez, a la vuelta de la esquina?

El caso que ha reportado La República en su edición de ayer merece ser explorado a fondo, pues es probable que los descubrimientos se extiendan mucho más allá de San Juan de Lurigancho. Por lo pronto vayamos preparándonos para la sabiduría enlatada y banal del ministro del Interior.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).