Opinión

Sobre la marcha, por Mirko Lauer

"Es poco probable, tanto que cambie la actitud de Boluarte como que esta segunda movilización tenga un volumen decisivo. Pero el solo hecho de que esta se haya realizado ya es significativo".

Lauer
Lauer

En la movilización de hoy, ¿quién tiene el predominio?, ¿quién tiene el liderazgo?, ¿quién tiene el monopolio? Como no parece haber unidad en la conducción ni en la propuesta, la respuesta a todas esas preguntas tendría que ser nadie. Sin embargo, hay grupos que tienen ventaja sobre otros, y estos están en las izquierdas locales.

Pero a diferencia de la vez pasada, las izquierdas no están solas en las calles. La población contraria a Dina Boluarte y el Congreso se ha vuelto más variada, y de tanto machacar el tema de la gran movilización, las izquierdas han empezado a fabricar competidores en el tema. No es una oportunidad política para desperdiciar.

Así, unos van a marchar por las víctimas de la vez pasada, otros estrictamente por la salida de Boluarte y los legisladores, algunos le sumarán el tema de la asamblea constituyente, otros optarán por el adelanto electoral en un sentido amplio, y también por la paz y la democracia. La lista es larga, y va a crecer. 

Un poder central con un promedio de 90% de los encuestados en contra inevitablemente va a unificar a la población en ese sentido. En otras palabras, la protesta y el reclamo no son por cosas tan diferentes. Si algo está dividiendo a los marchantes es la perspectiva electoral, la pasada y la futura.

Así, lo que venimos viendo desde diciembre del 2022 es un adelanto electoral, en otro sentido que el habitual. Detrás de las pancartas y debajo de los carteles ya están muchos de los aspirantes a cargos electivos por todo el país. Es digno de nota que los ya elegidos casi no marchan, como si fuera innecesario.

Dina Boluarte ha mantenido relativa discreción frente a una movilización entera contra ella, pero a la vez no ha evitado mostrar músculo policial y militar. En ambos lados de las barreras los actos violentos son opciones perdedoras, aunque siempre puede haber participantes que no piensan así. Por eso es recomendable la precaución.

¿Hay alguna marcha tan voluminosa que convenza a Boluarte a dimitir y precipitar así el adelanto electoral? Es poco probable, tanto que cambie la actitud de Boluarte como que esta segunda movilización tenga un volumen decisivo. Pero el solo hecho de que esta se haya realizado ya es significativo.