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Donald Trump admitió por primera vez que su agresiva política arancelaria tendrá "un coste y problemas de transición"

El mandatario estadounidense reconoció que su política arancelaria impactará a corto plazo en la economía, aunque defendió su estrategia como necesaria para proteger la industria nacional.


Donald Trump reconoció que su política arancelaria tendrá costos y dificultades transitorias. Foto: El Periódico
Donald Trump reconoció que su política arancelaria tendrá costos y dificultades transitorias. Foto: El Periódico

Desde el Despacho Oval, Donald Trump sorprendió al pronunciar una frase que marca un giro discursivo en su estrategia comercial: "Sí, habrá un coste. Habrá problemas de transición, pero es lo correcto para Estados Unidos". Con estas palabras, el mandatario estadounidense aceptó, por primera vez desde que impulsó su renovada política arancelaria, que las consecuencias inmediatas no serán del todo favorables.

El líder republicano, quien convirtió los aranceles en el eje central de su nueva etapa presidencial, resaltó que la economía estadounidense resistirá los efectos negativos iniciales y aseguró que "la recuperación industrial es inminente". La reciente escalada de tensiones comerciales, especialmente con China, forma parte de un complejo rediseño en la agenda económica que busca revertir lo que considera décadas de acuerdos "desventajosos" para su país.

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¿Qué implican los "costes y problemas de transición" según Trump?

El reconocimiento público de los efectos adversos de la política arancelaria representa un cambio en el relato del presidente. Hasta ahora, Trump había insistido en los beneficios inmediatos de su estrategia. Sin embargo, durante una intervención televisada, expresó: "Vamos a enfrentar ajustes. Habrá complicaciones, pero no se logra independencia económica sin sacrificios".

La expresión "costes y problemas de transición" engloba una serie de impactos que afectan tanto al consumidor como a los sectores productivos. El encarecimiento de productos importados, la alteración de cadenas de suministro y el clima de incertidumbre empresarial son algunos de los efectos ya visibles. Aun así, Trump descartó modificar el rumbo de su plan: "Este es un paso necesario. Estados Unidos no puede seguir permitiendo abusos comerciales".

¿Cómo responde China a la nueva ofensiva comercial de Washington?

La política arancelaria de la Casa Blanca encontró una respuesta firme por parte de China. En represalia a los aumentos decretados por el presidente, Pekín aplicó medidas similares sobre productos estadounidenses. La tensión escaló después de que Trump anunciara un incremento adicional del 20 % en los aranceles para ciertas importaciones chinas, llevando la carga tributaria total al 145 %.

"China ha estado perjudicando a nuestra economía por mucho tiempo. No más", declaró Trump al justificar el endurecimiento de su postura. La relación bilateral, ya deteriorada, atraviesa uno de sus momentos más delicados. Además del conflicto comercial, el gobierno estadounidense acusó a empresas chinas de facilitar el tráfico de fentanilo, un argumento utilizado para legitimar la subida de impuestos aduaneros.

¿Cuál es el propósito de la pausa arancelaria de 90 días?

Trump anunció una suspensión temporal de nuevos aranceles durante 90 días. Esta "pausa arancelaria", como la denominó el propio presidente, excluye a China y tiene como objetivo ofrecer espacio para renegociaciones con otros países aliados. "Queremos que se sumen a nuestra visión de un comercio justo", explicó.

La medida busca contener el nerviosismo en los mercados y otorgar un respiro a sectores económicos golpeados por la volatilidad. En Wall Street, la reacción fue mixta: el día del anuncio los índices subieron, aunque posteriormente registraron caídas ante la persistente incertidumbre. En contraste, las bolsas europeas celebraron el anuncio con subidas generalizadas. El IBEX 35, por ejemplo, logró su mejor jornada en tres años.