La peculiar prohibición del Gobierno de Donald Trump a su personal en China: no se veía desde la Guerra Fría
El exembajador Nicholas Burns amplió la directriz en enero de 2025, que ahora abarca a todo el personal estadounidense en China. La política busca proteger información sensible ante posibles intentos de espionaje.
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El gobierno de Estados Unidos, bajo el cargo de Donald Trump, implementó una nueva política que prohíbe a su personal en China mantener relaciones románticas o sexuales con ciudadanos chinos, una medida que evoca los tiempos de la Guerra Fría. La directriz fue ampliada en enero de 2025 por el entonces embajador Nicholas Burns, quien estableció una prohibición generalizada para todo el personal estadounidense en el país asiático. Aunque algunas agencias ya tenían restricciones similares, esta política representa un enfoque más estricto.
Este tipo de medidas, que restringen la interacción personal entre diplomáticos y ciudadanos de países rivales, no se había visto desde la Guerra Fría, cuando las superpotencias usaban tales políticas para protegerse de espionaje y otras amenazas. La nueva normativa también responde a preocupaciones sobre intentos de espionaje por parte de Beijing, que históricamente ha utilizado seducciones para obtener información sensible. A medida que las relaciones entre Estados Unidos y China se complican, estas políticas más estrictas reflejan una respuesta directa a los riesgos percibidos en la actual confrontación entre ambas naciones.
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Una directriz controvertida aplicada por el Gobierno de Trump
La directriz, comunicada por el embajador saliente Nicholas Burns, establece la prohibición de mantener relaciones románticas o sexuales con ciudadanos chinos y que cualquier incumplimiento resultará en la expulsión inmediata del país. Aunque algunas agencias ya contaban con restricciones, esta política generalizada marca un regreso a las normas de la Guerra Fría, cuando se prohibieron las relaciones con locales en contextos similares.
La nueva normativa se aplica a todo el personal estadounidense en la China continental, incluyendo la embajada en Beijing y los consulados en varias ciudades. Sin embargo, no afecta a quienes están destinados fuera de China. La única excepción se concede a aquellos con relaciones preexistentes, quienes deben solicitar una exención.
Estados Unidos: motivaciones detrás de la prohibición
La decisión de implementar esta política se originó tras preocupaciones expresadas por miembros del Congreso sobre la laxitud de las restricciones anteriores. La política busca prevenir que los ciudadanos chinos puedan utilizar relaciones personales para obtener información sensible de los diplomáticos estadounidenses.
Históricamente, los servicios de inteligencia han utilizado tácticas de seducción para acceder a secretos. Documentos desclasificados revelan que en 1987, se prohibieron las relaciones con locales en el bloque soviético y China tras incidentes de espionaje. Aunque estas restricciones se relajaron después de la Guerra Fría, la nueva política en China refleja un endurecimiento de las medidas de seguridad.
Implicaciones para el personal estadounidense en China
El personal estadounidense en China ha sido advertido sobre los riesgos de mantener relaciones con ciudadanos locales, ya que podrían ser objeto de coerción por parte de las autoridades chinas. Expertos en inteligencia han señalado que el Ministerio de Seguridad del Estado de China utiliza diversas tácticas para obtener información, lo que pone en riesgo a cualquier ciudadano chino que se relacione con un diplomático estadounidense.
La política de no confraternización se considera un paso significativo en un contexto de crecientes tensiones entre Washington y Beijing, que abarcan temas de comercio, tecnología y competencia geopolítica. La prohibición también se alinea con las regulaciones chinas que restringen las relaciones de sus funcionarios con extranjeros, reflejando un enfoque más agresivo en la seguridad nacional por parte de ambos países.
La política ha sido comunicada de manera interna y no ha sido anunciada públicamente, lo que ha generado especulaciones sobre su implementación y efectividad. Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China no ha comentado sobre la prohibición, sugiriendo que es un asunto que debe ser discutido con Estados Unidos.