Investigadora mexicana crea el violentómetro, una herramienta para detectar señales de violencia en la vida cotidiana
Creado en México, el 'violentómetro' ha ayudado a miles de personas a identificar diferentes tipos de violencia, facilitando su reconocimiento en la vida diaria.
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Hace 16 años en México, una mujer creó una herramienta que mide las señales de violencia en la vida cotidiana. Lo que comenzó como un proyecto de investigación, actualmente es un invento que ayuda a miles de personas en todo el mundo.
Martha Alicia Tronco Rosas es la investigadora mexicana que creó el 'violentómetro', una herramienta que mide las señales de violencia en tres etapas. De acuerdo con Tronco, esta invención surgió ante la necesidad de contrarrestar y entender los casos de violencia desde una perspectiva de género. Con un doctorado en Filosofía y Ciencia de la Educación, formó parte de la fundación del Programa Institucional de Gestión con Perspectiva de Género del Instituto Politécnico Nacional.
¿Cómo se creó el violentómetro en México?
Martha Tronco, como fundadora de la Unidad de Género del de Instituto Politécnico Nacional (IPN), observó que la entidad brindaba apoyo a los temas de violencia que ocurrían dentro del campus, pero no todos eran abordados debidamente. Para la doctora estos casos debían examinarse desde una "perspectiva de género".
Cuando la investigadora comenzó a observar las diferencias profesionales entre mujeres y hombres en el instituto donde trabajaba, encontró un problema mayor en las aulas de clases. En su oficina le dejaban cartas por debajo de la puerta, en dónde denunciaban maltratos a mujeres, directivos y parejas estudiantiles.
Su interés por abordar el tema, la llevó a realizar un trabajo de investigación realizando una encuentra a más de 14 mil estudiantes del nivel medio y superior. Los resultados arrojaron que los jóvenes tenían problemas de salud, consumo de alcohol y sustancias que generaban hábitos violentos.
Un invento didáctico a bajo costo pero con gran impacto en México y en el mundo
En el transcurso de la investigación de campo en la universidad mexicana, los resultados fueron brindando una data alarmante, sobre embarazos no deseados o paternidades no contempladas, pero lo que más llamó la atención para la investigadora fue "cómo la gente percibía la violencia". En el caso de las mujeres, las respuestas que se encontraban en "foco rojo" eran las justificaciones de los celos de sus parejas como muestra de amor o escenas de violencia como empujones o jaloneos.
Tras los resultados, Marta Tronco ideó una herramienta de bajo presupuesto que llamara la atención de los jóvenes, es así como surge la regla de escritorio de 30 centímetros que mide el nivel de violencia que puede vivir una persona en su vida cotidiana. Este invento se divide en tres colores diferentes y cada uno de ellos engloba una situación de violencia. El inventó tuvo gran impacto en México, por lo que su propuesta didáctica se expandió a otros países de América Latina, Europa y Asia. Para Martha, esta sencilla herramienta "ha servido para visibilizar muchos tipos de violencia que no se percibían como tal y que la gente los reconozca".