¿Cómo evitar el estrés escolar? Sigue estas recomendaciones para manejarlo en estudiantes y padres de familia
El estrés se vuelve perjudicial si persiste sin control. Si no se regula, el cuerpo y la mente entran en una fase de agotamiento que disminuye el rendimiento y puede llegar a cronificarse, con efectos negativos en la salud.
El estrés escolar es una reacción natural que surge frente a las diversas exigencias y demandas académicas a las que estudiantes se enfrentan en colegios y universidades. Estas demandas incluyen pruebas, exámenes, trabajos, presentaciones, entre otros. Si bien esta respuesta puede ser positiva al activar y movilizar nuestros recursos para responder con eficacia y alcanzar metas, un exceso de exigencias simultáneas puede intensificar la respuesta, disminuir el rendimiento y afectar la salud.
¿Qué genera el estrés escolar?
Las exigencias que desencadenan estrés pueden clasificarse en internas y externas:
- Exigencias internas: Son las que nos imponemos a nosotros mismos, como la autoexigencia excesiva, altas expectativas de logro, la necesidad de mantener el control y el esfuerzo constante por alcanzar metas.
- Exigencias externas: Son las que provienen del entorno, como fechas límites para entregar trabajos, rendir pruebas y exámenes, realizar exposiciones, trabajar en equipo o no comprender los contenidos abordados en clase.
Manifestaciones del estrés escolar
El estrés, aunque es normal y puede ser útil en ciertas circunstancias, se vuelve perjudicial si persiste sin control. Si no se regula, el cuerpo y la mente entran en una fase de agotamiento que disminuye el rendimiento y puede llegar a cronificarse, con efectos negativos en la salud.
Los síntomas del estrés escolar pueden manifestarse en diversos ámbitos:
- Físicos: Cansancio, dolores de cabeza, dolor de espalda, taquicardia, problemas digestivos, aumento o disminución del apetito, resfríos frecuentes y dificultades para dormir.
- Psicológicos y emocionales: Irritabilidad, ansiedad, dificultad para concentrarse, pensamientos negativos y falta de motivación.
- Conductuales: Somnolencia excesiva, pérdida de interés por las actividades, procrastinación y aislamiento social.
Estrategias para prevenir el estrés escolar
Identificar las situaciones que generan estrés y conocer las reacciones propias es el primer paso para prevenirlo. Estas son algunas recomendaciones para estudiantes y padres de familia:
- Organización y planificación
- Utilizar técnicas de estudio efectivas.
- Establecer horarios estables para estudiar, descansar y realizar otras actividades.
- Planificar las tareas y actividades, priorizando las más importantes.
- Evitar la acumulación de trabajos o dejar todo para último momento.
- Hábitos saludables
- Alimentarse balanceadamente en horarios regulares.
- Dormir lo suficiente, manteniendo un ciclo de sueño estable.
- Practicar deporte o realizar actividades recreativas que ayuden a liberar tensiones.
- Relajación y manejo emocional
- Practicar técnicas de relajación y respiración profunda.
- Buscar momentos para realizar pasatiempos que generen bienestar.
- Esforzarse por mantener la calma y un enfoque positivo frente a las adversidades.
- Compartir con otros las emociones y buscar apoyo cuando sea necesario.
- Comunicación y apoyo familiar
- Tiempo para desconectarse
- Dedicar tiempo a actividades no relacionadas con el estudio, como practicar un hobby, disfrutar con amigos o simplemente descansar.
- Establecer límites claros entre el tiempo de estudio y el tiempo de ocio.
El papel de los padres de familia
El acompañamiento de los padres es crucial para manejar el estrés escolar. Escuchar, motivar y ayudar a los estudiantes a organizarse son acciones que marcan la diferencia. También es importante estar atentos a señales de estrés prolongado y, si es necesario, buscar ayuda profesional.
En conclusión, el estrés escolar puede gestionarse adecuadamente si se reconocen sus causas y se implementan estrategias efectivas. Tanto estudiantes como padres de familia pueden trabajar juntos para crear un ambiente que promueva el bienestar, la productividad y el equilibrio emocional.