14 de 25 regiones del Perú registran una brecha de género superior al promedio nacional
El manejo de responsabilidades del hogar, la representación política y la autonomía individual son pilares clave en las brechas de género.
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El Instituto Peruano de Economía (IPE) presentó el Índice Regional de Brechas de Género, el primer análisis integral que mide las desigualdades de género en las 25 regiones del Perú durante el periodo 2019-2024. Un puntaje más cercano a 0 es menor brecha y un puntaje cercano a 100 es mayor brecha.
Basado en 25 indicadores agrupados en seis pilares (Mercado Laboral, Educación, Salud, Poder y Toma de Decisiones, Acceso Financiero y Autonomía Individual), el estudio reveló que 14 regiones superan el puntaje nacional de 32,5, lo que indica una mayor brecha de género en estos territorios. Moquegua es la región con menor brecha y Cajamarca la de mayor.
“Necesitamos apuntar a una sociedad donde los hombres y mujeres compartan responsabilidades”, subrayó Elena Conterno, presidenta de Mujeres Cuidadoras.
Mercado laboral
Y es que como bien la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (INEI, 2011), en el 82% de los hogares peruanos, es la mujer quien asume la mayor responsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado, en comparación con el 16% de los hogares donde esta labor es asumida por el hombre.
“Las diferencias entre géneros en la distribución del tiempo y la carga de las tareas del hogar, que recaen principalmente en las mujeres, limitan su acceso al trabajo remunerado”, afirmó Conterno.
En esa misma línea, especialistas del sector en diálogo con La República explicaron que la interrupción de la carrera profesional por la maternidad dificulta la reinserción de las mujeres en el mercado laboral y las lleva a buscar empleos con horarios más flexibles.
Dentro del Índice Regional de Brechas de Género (IRBG), el mercado laboral es el tercer pilar que más incide en la desigualdad de género en el país, con un puntaje de 39,7. A nivel regional, Ica es la zona con menor brecha, seguida por Lima Metropolitana y el Callao junto a Arequipa, mientras que Huánuco, Piura y Cajamarca presentan las mayores disparidades.
Las mujeres enfrentan una alta tasa de informalidad laboral (73,4%), 4,1 puntos porcentuales más que los hombres (INEI, 2024). Además, el 91% de las trabajadoras independientes se encuentra en la informalidad, y un 13,2% realiza labores familiares no remuneradas.
Poder y toma de decisiones
La participación de las mujeres en puestos de liderazgo es crucial para garantizar una representación equitativa tanto en espacios públicos como privados. En el ámbito político, el liderazgo femenino impulsa la paridad en la toma de decisiones y una representación balanceada que evita la imposición de estereotipos (UN Women, 2024).
Sin embargo, en el país las mujeres han enfrentado una situación de desventaja en el ámbito político en todos los niveles de gobierno. Por ejemplo, en las Elecciones Regionales y Municipales de 2022, solo el 5,4% de los alcaldes distritales electos fueron mujeres.
Si bien actualmente, tras la Ley de Paridad y Alternancia de 2021, 21 de las 25 regiones del país tiene a una mujer como vicegobernadora, todavía persisten limitaciones en los cargos ejecutivos. En 2024, sólo dos mujeres ocuparon el cargo de gobernadoras regionales (Moquegua y Lima Provincias), lo que representa apenas el 8% del total (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2023).
“La falta de regulación y apoyo estatal agrava su vulnerabilidad económica, restringiendo su acceso a derechos y oportunidades de crecimiento”, advirtió a La República Alejandra Dinegro, especialista laboral de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
Según la experta, el tiempo también es un factor determinante. La dificultad de conciliar el trabajo con las responsabilidades del hogar limita el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo. Bajo ese razonamiento, Leda Pérez, profesora asociada del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas e investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), explicó: “Las mujeres suelen escoger carreras que les permitan flexibilidad laboral, debido a su conexión con la casa”.
Para el IRBG, el Poder y toma de decisiones es el segundo pilar que más incide en la desigualdad de género en el país, con un puntaje de 40,5. A nivel regional, Moquegua es la zona con menor brecha, seguida por Ica y Arequipa, mientras que Apurímac, Puno y Cajamarca presentan las mayores disparidades.
Autonomía individual
Este pilar está compuesto por indicadores que reflejan las vulnerabilidades que enfrentan las mujeres en términos de derechos reproductivos y autonomía física. Entre ellos se incluyen la razón de mortalidad materna, la tasa de fecundidad adolescente, la violencia familiar total (física, psicológica y/o sexual) contra mujeres de 15 a 49 años ejercida alguna vez por el esposo o compañero, y la tasa de feminicidios. Es el ámbito con la mayor brecha de género, con 41,8 puntos.
Tacna, Lima Metropolitana y Callao y Moquegua lideran este pilar. Por el contrario, Amazonas, Ucayali y Loreto se ubican en los últimos lugares.
Los presentadores del estudio destacaron a Piura como la región que ha presentado un menor avance respecto al 2019 en el cierre de brechas y esto se debe principalmente a los retrocesos en las brechas de asistencia escolar y también en la población sin anemia.
Cerrar brechas de género
De acuerdo con el IPE, para avanzar en el cierre de las brechas de género, se requiere un enfoque integral de tres ejes.
- Autonomía económica: Fortalecer los sistemas de cuidado, con especial atención a zonas rurales y de bajos ingresos; promover esquemas que faciliten la reinserción laboral de las mujeres tras la maternidad; e impulsar la formalización de PYMEs lideradas por mujeres y su inclusión financiera.
- Promoción del capital humano: Mejorar el rendimiento escolar de niñas y adolescentes, especialmente en matemáticas; implementar de manera efectiva la Educación Sexual Integral para prevenir el embarazo adolescente; y fomentar la planificación familiar.
- Fortalecimiento institucional: Aumentar la representación política de las mujeres y visibilizar su liderazgo; reforzar las intervenciones del Programa Aurora; y ampliar la cobertura de los Centros de Emergencia Mujer a nivel regional y provincial.