Economía

Tensiones comerciales y la amenaza de Trump al BRICS

Las políticas proteccionistas de Estados Unidos y la creciente influencia de los BRICS generan incertidumbre sobre el futuro de la economía global.

Países miembros del bloque BRICS y Donald Trump. Foto: composición LR/Reuters
Países miembros del bloque BRICS y Donald Trump. Foto: composición LR/Reuters

La globalización financiera atraviesa un periodo crítico, marcado por las tensiones comerciales y una desaceleración económica global. En este contexto, las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump sobre imponer aranceles del 100% a los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, además de los miembros plenos incorporados en octubre: Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán) si dejan de utilizar el dólar, incrementan la incertidumbre en torno a las relaciones comerciales internacionales.

“Si se aplicara al Perú, esto encarecería nuestros productos en Estados Unidos, afectando nuestra competitividad”, señaló Pedro Francke, exministro de Economía y Finanzas, en conversación con La República.

El comercio de Perú con los países del BRICS se establece principalmente a través de su relación con China y Brasil, dos naciones con las que enfrenta múltiples desafíos. Según Francke, el intercambio con China se centra en la exportación de recursos naturales e importación de bienes industrializados, una dinámica que calificó como “inconveniente”, ya que no favorece el desarrollo industrial y tecnológico. “El Perú tiende a depender de las demandas externas sin una visión clara de lo que necesita para construir su propio futuro”, subrayó. 

Proteccionismo de Trump 

Estados Unidos, históricamente el bastión de la globalización neoliberal, muestra signos de agotamiento. Según explicó a La República Ariela Ruiz Caro, investigadora de Conades Internacional, el país norteamericano ha firmado apenas 14 tratados de libre comercio, la mayoría en América Latina, y se retiró de acuerdos cruciales como el Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP). Este retroceso se inició con Donald Trump, quien priorizó políticas proteccionistas debido a la pérdida de empleos manufacturados y el descontento de los trabajadores norteamericanos.

"A pesar de que el gobierno de Biden prometía un cambio, muchas de las medidas arancelarias impuestas por Trump, en particular  las aplicadas a las exportaciones chinas, siguen vigentes e inclusive las ha incrementado", señaló Ruíz Caro a La República. 

Además, el déficit fiscal y el nivel de endeudamiento siguen siendo una amenaza para la economía estadounidense y mundial. Entre 2022 y 2023, el déficit fiscal se duplicó, alcanzando un promedio del 7,5% en el gobierno de Biden, mientras que la deuda superó el 120% del Producto Bruto Interno (PBI). Esta situación, recordó Ruíz Caro, ha sido calificada como insostenible por Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed).

De acuerdo con el más reciente informe de BBVA Research, la economía de EE. UU. enfrentará un panorama complicado. Se prevé que el crecimiento del país disminuya del 2,7% en 2024 al 2,1% en 2025, debido a las políticas comerciales y proteccionistas de la administración de Trump, como los anunciados incrementos de los aranceles a China y al mundo en general. En cuanto a la inflación, se espera que suba por la política fiscal expansiva, aunque estará contenida en la Eurozona y China por una demanda más débil y menores precios del petróleo. Esto podría generar presiones adicionales sobre las tasas de interés, limitando la flexibilización monetaria de la Reserva Federal.

Desdolarización 

En contraste, el bloque BRICS emerge como una fuerza disruptiva. Desde su creación en 2009, han abogado por una economía menos dependiente del dólar. "Lula, presidente de Brasil y el único que también estuvo presente durante la fundación del bloque, fue claro desde el principio: el mundo no puede estar regido únicamente por una moneda", explicó Ruiz Caro.

Los datos respaldan esta estrategia. En 2002, el dólar representaba el 72% de las reservas internacionales; en 2024, esta cifra cayó al 58%. El bloque de los BRICS, no es un acuerdo formal que se sustente en un Tratado, pero sí en su práctica, están implementado medidas como comerciar en monedas locales o recurrir al trueque, dejando así al dólar fuera de muchas transacciones. "El comercio entre China y Rusia se realiza en yuanes o rublos, y Emiratos Árabes e India ya transan petróleo en rupias", ejemplificó Ruiz Caro. 

Además, otros bloques como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) han adoptado, desde septiembre del año pasado, un acuerdo para fomentar el uso de monedas locales para las transacciones financieras entre sus miembros. La tendencia a realizar transacciones en monedas locales tiene lugar antes de la reelección de Trump. 

A pesar de las tensiones, los BRICS no buscan crear instituciones paralelas. "Su enfoque es democratizar las estructuras de la gobernanza global existentes como las Naciones Unidas, la OMC, el FMI y Banco Mundial, y trabajar dentro de ese marco", indicó Ruíz Caro. La reciente cumbre en Kazán contó con la participación del secretario general de la ONU, pues sus propuestas buscan preservar la actual institucionalidad basado en el derecho internacional y en la Carta de las Naciones Unidas. 

Amenaza de aranceles 

Estados Unidos no ha permanecido inactivo frente a estas tendencias. Marcos Rubio, Senador de los Estados Unidos, y futuro secretario de Estado, ha propuesto sancionar con aranceles del 60% a países que utilicen mecanismos financieros alternativos al dólar. Donald Trump, por su parte, amenazó con imponer aranceles del 100% a los países del BRICS si dejan de usar el dólar.

“La amenaza de Trump es una bravuconada en falso. Es improbable que el bloque acuerde una moneda distinta al dólar, puesto que continuará siendo dominante por al menos dos décadas”, afirmó tajante Francke. 

El mes pasado, Mauricio Claver-Carone, asesor del equipo de transición de Donald Trump y ex director sénior para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, planteó al gobierno peruano la propuesta de imponer aranceles a los productos provenientes de China o de países sudamericanos que utilicen el puerto de Chancay

"Cualquier producto que pase por Chancay o cualquier puerto en la región que sea propiedad o esté controlado por China debería estar sujeto a un arancel del 60%, como si el producto proviniera de China", dijo Claver- Carone en una entrevista telefónica a Bloomberg. 

El exministro de Economía y Finanzas del Perú aclaró que un arancel del 60% a los productos chinos podría favorecer a países como Japón en el mercado norteamericano, pero que no afecta directamente al Perú, ya que el país no compite con China en ese ámbito.

La idea de que la liberalización total de los mercados racionalizaría la economía mundial ha fracasado. “Vemos unas naciones dominantes y otras relegadas a la producción de materias primas y se mantienen las relaciones de intercambio desiguales. Estados Unidos ha desistido del modelo y para sostenerlo está instrumentando una política agresiva de aranceles y una mayor presencia del Estado”, explicó Ariela Ruiz Caro. 

La crisis actual de la globalización económica y financiera refleja un sistema en plena transformación. La hegemonía del dólar está siendo cuestionada, y bloques como los BRICS están proponiendo alternativas que preocupan a Estados Unidos. Según Ariela Ruiz Caro “estas dinámicas no son ideológicas, sino una respuesta a una realidad económica que exige cambios”. 

Tipo de cambio

El impacto de las políticas de Trump también se refleja en la volatilidad del tipo de cambio en Perú. Según BBVA Research, esta fluctuación ha sido impulsada por las decisiones de la Reserva Federal de EE.UU. y las perspectivas económicas de China. Para finales de 2024, se espera que se mantenga entre S/3,75 y S/3,85, gracias a un diferencial de tasas de interés estable y un superávit en las cuentas externas de Perú. Sin embargo, la cercanía de las elecciones en el país podría generar cautela entre los inversionistas, lo que impulsaría una mayor demanda de activos más seguros. 

La incertidumbre financiera generada con la reelección de Donald Trump y la fragilidad fiscal de Estados Unidos han llevado a muchos países a reconsiderar su relación con el dólar.