Ricardo Bedoya: “Decir que nadie ve cine peruano es una absoluta tontería”
Para muchos, Ricardo Bedoya es uno de los mayores investigadores de cine en la actualidad. En los últimos años, ha publicado un par de libros sobre cine internacional y peruano, respectivamente, y en febrero próximo estrenará un podcast. Bedoya respira cine, pero siempre con espíritu crítico.
Cuando leemos o escuchamos el nombre de Ricardo Bedoya, pensamos en cine o en crítica de cine. Miles de reseñas de películas, libros sobre cine peruano como Un cine reencontrado. Diccionario ilustrado de las películas peruanas (1997), sin duda, su proyecto más ambicioso, y una presencia como conductor del programa de televisión El placer de los ojos por 23 años, más la cuota de polémica sin la cual es imposible forjar una legitimidad, hacen de Ricardo Bedoya una autoridad en el tema. En estos últimos años, Ricardo Bedoya ha estado alejado de los medios tradicionales, pero no del cine. En el 2023, publicó el monumental libro Del Blockbuster al autorretrato. Apuntes sobre el cine de hoy y en el 2024, con Rodrigo Bedoya, Protagonistas del cambio. Catorce testimonios sobre el cine peruano del siglo XXI, títulos del Fondo Editorial de la Universidad de Lima. Ambos, además, estrenarán en febrero Mal de ojo Podcast. ¿Por qué es necesario escuchar a Ricardo Bedoya? Simple: Ricardo Bedoya es la crítica, lo que ya no hay y más se ha necesitado para discutir lo que ha venido ocurriendo con el cine peruano en los últimos meses. Sobre este tópico y más, La República conversa con el cinéfilo e investigador.
-Del Blockbuster al autorretrato tiene cerca de 900 páginas sobre cine internacional desde el 2000. ¿En cuánto tiempo lo escribiste?
-Soy cinéfilo, para mí, el hecho de ver películas es una práctica cotidiana. Veo muchísimo cine, trato de ver cine de todo tipo, no hago discriminaciones. El libro lo trabajé durante la pandemia.
-¿Cuál es la característica que identifica al cine del siglo XXI?
-Esta es una época de fusiones, antes se podía establecer claramente el límite de los géneros, las películas tenían determinadas características, pero ahora los géneros se cruzan, el documental con la ficción, por ejemplo. El cine de hoy tiene fronteras porosas. Hay algunos nostálgicos que consideran que el cine murió. Yo creo que esta época del cine es una de las épocas más fascinantes desde los años 60.
-Muchas de las películas que consignas, las hemos visto en plataformas o haciendo un rastreo especial.
-Lo que ocurre es que el cine es absolutamente plural, abierto, diverso. Pero hay un problema, es difícil conocerlo. Si tú no buscas el cine, el cine ya no viene a ti, no se va a estrenar en las multisalas. Entonces, hay que buscarlo y con paciencia. Ese es otro tipo de relación que establece el espectador con las películas. Además, las redes han cambiado un poco lo que es la dinámica con la cinefilia.
-¿Por qué la crítica, en este caso de cine, está en crisis? Perú tiene una gran tradición de críticos de cine.
-Hay una crisis de la crítica en todo sentido. Las tendencias culturales de los últimos años, culturales entre comillas, y oficiales, son simplemente desplazar y arrinconar todo lo que sea crítico. Se ha perdido la curiosidad en general. Ya no hay curiosidad por lo distinto y hay estímulos que llaman la atención del público así sean repetitivos, secuelas o cosas prefabricadas. Esa pérdida de curiosidad hace que ya no haya ahora oferta cinematográfica para ver. Yo recuerdo que vi Terciopelo azul de David Lynch en el cine Colón de la plaza San Martín. Había una oferta cinematográfica que coexistía con otro tipo de películas y de géneros.
-Estuviste 23 años conduciendo El placer de los ojos en el canal del Estado.
-Yo me fui del programa por decisión propia. En primer lugar, porque yo creo que todo tiene que tener un final. El programa lo condujo unos meses más Juan Carlos Fangacio y al final el canal decidió cancelarlo. Ahora hay un El placer de los ojos que es parte de un bloque en Presencia Cultural.
-Pero tampoco estás en un medio tradicional.
-Es que los medios ya no quieren tener crítica.
-¿Quieren que se hagan críticas amables a la novedad de la semana?
-Sí, claro.
-Lo que me gusta de Protagonistas del cambio es que se debaten temas que no se están tocando en cuanto a la realidad actual del cine peruano. Y en El placer de los ojos abordaste el tema de la ley de cine por años.
-El año pasado se discutió mucho sobre cine porque estuvo la propuesta de la congresista Tudela. Ese proyecto tenía varios puntos objetables, pero dos muy específicos. Primero, era la censura previa, que curiosamente lo tratamos en este libro, que lo cerramos poco antes de que empezara este debate, pero en el que ya se sentía lo que iba a pasar. Y segundo, los estímulos económicos al cine de regiones, porque eso es absolutamente fundamental.
-¿Esta medida del Congreso es producto de la ignorancia, de los intereses económicos o se mezclan todas estas cosas?
-Se mezcla todo. Esas son las razones por las cuales estamos como estamos. Hay una clara intención de anular cierta memoria o cierta manera de entender la memoria, de mirar el pasado para juzgarlo y criticarlo. La intención de reescribir determinados hechos de lo que nos pasó, ese es en el fondo el objetivo. El cine, como el teatro y la literatura, está hecho por gente con una visión crítica. Por ello, yo creo que todo el debate del año pasado sobre la censura previa, que se quería imponer y todo lo demás, se va a extender. Mira lo que ha pasado en estas semanas anteriores con todos estos hechos de censura. Creo que la gente de cultura ya debe unirse y reaccionar.
-¿Qué piensas cuando los congresistas que impulsaron esa ley decían que nadie ve las películas peruanas?
-Es una tontería absoluta. Sobre todo, decirlo en esta época. Había la forma tradicional de juzgar cuánta gente veía una película. Tú vas a las cifras y ves que ¡Asu Mare! hizo tres millones de espectadores, entonces tú vas a decir, bueno, ¡Asu Mare! hizo tres millones de espectadores y ¿todo lo que se ha visto en plataformas, en emisiones de televisión, en copias informales?, pues lo ha visto muchísimos millones más. Y eso que te digo con ¡Asu Mare!, que es un ejemplo emblemático de un cine muy exitoso, lo podemos decir de cualquier otra película. Las películas que se hacen en regiones, en Ayacucho, en Puno, en Cajamarca, ¿dónde circulan?: circulan en su medio. Y los propios cineastas van viajando y van creando su propio sistema de exhibición.
-Hoy las censuras son sinuosas, se amparan en la formalidad. Tú has visto cine en la época militar.
-Hasta los años 80, había censura. Existía la Supervigilancia de películas, conformada por funcionarios del Comando conjunto. Censuraron El último tango en París y Quiero la cabeza de Alfredo García. Pero en 1974 censuraron una película llamada La leyenda de la casa infernal de Hollywood. Fue muy gracioso. Una película de terror muy divertida. La vi en el cine Independencia de Lince. La película trata de la casa de un fantasma y llegan los exorcistas, y el dueño de la casa se apellidaba Belasco. Empieza el rito: ¡Belasco maldito, sal de acá! Al final de la película, rompen un muro y descubren que Belasco está momificado y le falta una pierna. A Juan Velasco le habían cortado la pierna poco antes. La gente se reía, gritaba. Al día siguiente ya no estaba la película. La censura de ahora es más insidiosa.