Agencias

Primer destino de su papado, Brasil recuerda entre lágrimas a Francisco


Con la emoción a flor de piel, la brasileña Monique Neves recuerda en la Catedral de Rio de Janeiro cuando el papa Francisco alzó en brazos a su hijo de tres meses, en 2013.

"Fue el primer bebé que él alzó aquí en Brasil", asegura mientras muestra a la AFP la diminuta camiseta con el rostro del pontífice que su niño vestía aquel día.

Como cientos de fieles brasileños, esta mujer acudió al mayor templo católico de la ciudad tras conocer la noticia del fallecimiento del papa argentino este lunes, a los 88 años.

Muchos rompían a llorar al evocar la trayectoria del pontífice.

La turística metrópoli recibió a Francisco en julio de 2013, en el primer viaje al extranjero de su papado.

"Su legado fue de resiliencia, de amor al prójimo, sin importar el color, la clase social, la religión, la orientación sexual", afirma Neves, de 44 años. "Es un papa que vino para revolucionar".

El arzobispo de Rio, Orani João Tempesta, ofició una misa multitudinaria en honor al pontífice en la Catedral Metropolitana, un imponente edificio modernista inspirado en la pirámide maya Chichén Itzá.

El cardenal pidió recordar las ideas de Jorge Bergoglio de que "el mundo necesita más justicia" y que "solo la misericordia resuelve los mayores problemas de la humanidad".

Brasil, con más de 200 millones de habitantes, es considerado el país más católico del mundo, pero esta religión pierde fieles desde la década de 1990, mientras crecen las iglesias pentecostales.

- "Superagradecido" -

"Siento mucha tristeza en el mundo, siento un vacío en mi corazón, como si hasta el cielo estuviera llorando", dijo señalando hacia el cielo encapotado la mexicana Guadalupe Monroy Miguera, de 63 años, a quien la noticia la sorprendió durante sus vacaciones en Rio.

El anuncio del fallecimiento reavivó en los católicos brasileños el orgullo por haber sido elegidos para la primera visita de su líder espiritual al extranjero tras su nombramiento.

Cerca de la iglesia Nossa Senhora de Copacabana, el taxista Antonio Correia, de 51 años, cuenta que siempre se sintió "superagradecido" hacia el papa por eso.

"Fue una sorpresa, porque yo pensé que él iría primero para Argentina por ser su país. Pero no, escogió a Brasil y para nosotros fue maravilloso", recuerda.

En aquella ocasión, el pontífice congregó a 3,7 millones de personas en la emblemática playa de Copacabana para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la mayor reunión católica del mundo.

"Fue una paz total. Las personas, incluso los que no eran católicos, se sintieron bien, ¿sabes? Él era una buena persona", rememora Correia.

- "Demasiada cachaza y nada de oración" -

En redes sociales, muchos brasileños hicieron circular nuevamente un video de 2021 en el que el papa, conocido por sus salidas espontáneas, bromea con un padre brasileño que le pidió en el Vaticano orar por sus compatriotas.

"Ustedes no tienen salvación. Demasiada cachaza y nada de oración", le dijo Francisco entre risas.

También recordaron cuando, durante su viaje a Brasil, dijo en una entrevista que la rivalidad entre Brasil y Argentina ya no existía.

"Hemos negociado bien: el papa es argentino, pero Dios es brasileño", soltó con una sonrisa.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lamentó la partida de Francisco y elogió sus críticas a "los modelos económicos que llevaron a la humanidad a producir tantas injusticias", y por colocarse "siempre" del lado de los pobres, los refugiados y las víctimas de las guerras.

El mandatario izquierdista reivindicó también la "valentía y empatía" con que impulsó la discusión sobre el cambio climático, a meses de que Brasil albergue la COP30 del clima, en noviembre próximo.

El expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que se recupera en un hospital de Brasilia de una intervención quirúrgica, también dedicó un mensaje en sus redes sociales al pontífice.

"Su partida nos invita a la reflexión y a renovar nuestra fe, recordándonos la fuerza de la espiritualidad como guía en tiempos de incertidumbre", escribió en X Bolsonaro, quien se declara católico pero cuenta con una fuerte base de votantes entre los evangélicos.

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