Gobierno francés reabre impopular reforma de las pensiones de Macron para lograr estabilidad
El primer ministro francés, el centrista François Bayrou, propuso este martes renegociar la impopular reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, en una mano tendida a la oposición de izquierda para evitar una rápida caída de su gobierno.
"Podemos buscar una nueva vía de reforma, sin tótems ni tabúes, ni siquiera la edad de jubilación --los famosos 64 años-- a condición" de no socavar el "equilibrio financiero", anunció Bayrou, de 73 años, en su Declaración de Política General ante el Parlamento.
En 2023, Macron impuso por decreto el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años contra la opinión de la mayoría de los franceses y sin votación de la Asamblea Nacional (cámara baja), donde no tenía asegurada su adopción.
Durante las elecciones legislativas anticipadas de 2024, la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) hizo campaña por su derogación y, pese a terminar en primer lugar sin mayoría clara, el presidente no le encargó gobernar en nombre de la estabilidad.
Para intentar atraer al sector más moderado de esta coalición, representado por los socialistas, el nuevo jefe de gobierno rompió una línea roja del oficialismo y se abrió al menos a rediscutir la reforma, a cambio de que estos, que pedían su suspensión, no apoyen una censura del gobierno.
En la práctica, el histórico aliado de Macron dio tres meses para esta renegociación "con los interlocutores sociales", pero advirtió: Si no se logra "un acuerdo que sea equilibrado y más justo", "la reforma actual seguirá aplicándose".
- "Espada de Damocles" -
El también alcalde de Pau, en el sur de Francia, tomó las riendas del gobierno a mediados de diciembre, después que los diputados de izquierda y de extrema derecha tumbarán a su fugaz predecesor, el conservador Michel Barnier, cuando intentaba aprobar su proyecto de presupuestos de 2025.
Su caída agravó la situación de Francia en los mercados y el principal objetivo de Bayrou es evitar una nueva censura, cuando la deuda pública ronda el 112% del PIB y el gobierno proyecta ahora un déficit público del 5,4% del PIB en 2025, por encima de los límites europeos.
"Esta deuda es una espada de Damocles sobre nuestro país y nuestro modelo social", declaró el primer ministro, para quien el principal mandato de los franceses es "recuperar la estabilidad", tanto económica como política.
El anuncio de renegociar la impopular reforma de las pensiones se inscribe en este objetivo: por un lado garantizar la supervivencia del gobierno y, por el otro, la adopción de los presupuestos para 2025, tranquilizando a su vez los mercados.
La incógnita ahora es si logró convencer a la oposición. A diferencia de Barnier, que decidió mirar hacia la extrema derecha de Marine Le Pen para intentar mantenerse en el poder en vano, Bayrou multiplicó los anuncios sociales para intentar convencer a la izquierda.
El partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), que conforma junto a los socialistas, comunistas y ecologistas el NFP, ya avanzó que presentará una moción de censura contra Bayrou. Para su adopción necesitaría el voto de todos sus aliados y de la extrema derecha.
tjc/mb