Sociedad

Joven de Carabayllo dejó su carrera de ingeniería en la UNI y después de 6 intentos ingresó Medicina en la UNMSM: "Me siento en paz"

Tras un arduo camino de sacrificio y disciplina, Héctor Villavicencio logró su ingreso a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para estudiar Medicina Humana, luego de abandonar su carrera de ingeniería en la UNI.

Joven logró su vacante a Medicina a la UNMSM al sexto intento. Foto: composición LR/UNMSM/UNI/Savia
Joven logró su vacante a Medicina a la UNMSM al sexto intento. Foto: composición LR/UNMSM/UNI/Savia

Después de cinco años de perseverancia, Héctor Villavicencio, un joven de Carabayllo, logró su ingreso a la carrera de Medicina Humana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Antes de alcanzar su meta, tomó la radical decisión de abandonar sus estudios de Ingeniería Textil en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) para seguir su verdadera vocación.

"Cuando ingresé a la universidad, tenía ese sentimiento de que me faltaba algo que me complementara. Y eso era, medicina, y fue por eso que decidí renunciar a mi vacante en la (UNI) y hablar con mis padres para empezar este proceso", comentó en una entrevista exclusiva con La República. Sin embargo, lograr su vacante en Medicina a la UNMSM no fue nada fácil, pues tuvo que intentarlo en 6 ocasiones.

¿Cómo fue su proceso de preparación para ingresar a la UNMSM?

Héctor Rafael Villavicencio Reyes es un estudiante de 22 años quien en 2018 ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI); sin embargo, mientras cursaba el tercer ciclo decidió abandonar sus estudios para poder seguir su sueño: estudiar Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).

En su penúltimo intento, los nervios le jugaron en contra y quedó a solo tres puntos de alcanzar la vacante. A pesar de ello, no se rindió y continuó esforzándose. Desde 2022, postuló seis veces a la Decana de América.

¿Cuántas horas le dedicaba al estudio?

El estudiante admitió que el resultado de diciembre lo impactó profundamente, lo que lo llevó a dedicar aún más horas al estudio. Con tan solo cuatro o cinco horas de sueño, se empeñó en no dejar ningún detalle sin revisar, pues no se permitía repetir los errores del año anterior.

Héctor asistía a la academia Savia hasta las 5 p.m. y regresaba a casa sobre las 7 p.m. A partir de ese momento, se concentraba en estudiar hasta la 1 o 2 a.m., ajustando su rutina para sobrellevar el cansancio del largo trayecto desde Carabayllo hasta San Martín de Porres, donde se encontraba la sede de su centro de estudios. Finalmente, compartió la estrategia que le permitió lograr su ingreso a la UNMSM.