¡Aquí mando yo!, por Alfonso López-Chau

Los partidos políticos y la sociedad civil tienen que hacer su tarea de unir a todos los ciudadanos honestos para ganar la batalla plural, a fin de que el nuevo Congreso tenga por mandato liquidar todas aquellas disposiciones ilegítimas que alientan la delincuencia y el sicariato

El exministro del Interior, Rubén Vargas Céspedes, el día martes 21 de enero, en un diario local, ha realizado un llamado contundente a la acción.
Ha señalado que el hampa, con ocasión del ataque con dinamita al local del Ministerio Público en Trujillo, ha dejado un mensaje: “¡Aquí mando yo!”.

Los partidos políticos y la sociedad civil tienen que hacer su tarea de unir a todos los ciudadanos honestos para ganar la batalla plural, a fin de que el nuevo Congreso tenga por mandato liquidar todas aquellas disposiciones ilegítimas que alientan la delincuencia y el sicariato. Debemos hacerlo por instinto de conservación si no queremos perder a nuestra querida nación.

El exministro Vargas convoca a detener y expulsar de la vida del país la estrategia congresal de debilitar las herramientas procesales que conducen a favorecer a la delincuencia. Quienes controlan el Congreso tienen el propósito de debilitar la colaboración eficaz y la detención preliminar hasta hacerlas desaparecer, favoreciendo así la pérdida de dominio. Lo que hacen constituye una maldad sistémica, una irresponsabilidad sin nombre. Están viendo que el país se está incendiando y, en lugar de llevar agua para apagar el fuego, echan más gasolina para extender la llama.

La colaboración eficaz, la pérdida de dominio y la detención preliminar están enlazadas, representan un triángulo poderoso contra el crimen organizado. Hay que ser bien malo y bien tonto para creer que al delincuente hay que capturarlo en flagrancia, es decir, con las manos en la masa, buscando que el público vea que está robando o está matando.

La más poderosa estrategia para defender al Perú, no hay duda, es la estrategia de la detención preliminar.

La respuesta pasa, de acuerdo con el exministro, por un trabajo articulado de policías y fiscales especializados, con capacidad y adiestramiento para utilizar la inteligencia humana y electrónica como principal arma de combate. Pero este gran esfuerzo no será suficiente, porque, una vez develada la organización criminal, la única forma de desarticularla es con la detención preliminar.