Los trueques palaciegos

El entorno cercano a la presidenta es promovido a cargos en las oficinas diplomáticas, en especial la de España.

Ya había ocurrido con la designación de su hijo para trabajar en Nueva York, apenas egresado de la Academia Diplomática. Y no en cualquier puesto, sino en la sede de la Representación peruana ante las Naciones Unidas. La novia del flamante tercer secretario e hijo de la mandataria también encontró una plaza en ese destino tan disputado.

Allí no cesan las movidas palaciegas. También se ha conocido que la escolta y custodia de la presidenta, técnico de primera, Ruth Ligarda, ha sino designada para trabajar en la Embajada de Perú en España como “auxiliar de la agregaduría policial”. Pese a que ella tiene citas con la Fiscalía para desentrañar el misterio del Cofre, en el que se movilizaba la mandataria ese día en que acudió al sur de Lima para reunirse con alguna persona o personas hasta la fecha no identificadas. Se dice que ella es una de las personas de mayor confianza de su equipo de seguridad, con quien mantiene una estrecha relación, a tal punto que la conocían como la ‘sombra’ por el nivel de integración entre ambas.

Por lo pronto, la técnica policial cumplirá labores en la Embajada de Perú en España, traslado que se dio a conocer en estos primeros días del año 2025. Cuando aún queda conocer su versión sobre lo ocurrido con el Cofre y a quién transportaba, además de esclarecer a quién fue a ver la mandataria y por qué quiso quedarse a solas en el condominio playero, ella convenientemente es puesta a buen recaudo.

Es lo mismo que parece haber ocurrido con Stephen Haas Del Carpio, exalcalde de Pueblo Libre y en ese momento jefe de Nicanor Boluarte, a quien le habría dado un puesto de asesor en el Concejo. Ahora ha sido premiado con un puesto de agregado en la Embajada de Perú en España. Habría que ser suspicaz para saber si el exburgomaestre pensaba ser colaborador eficaz o testigo de algo, porque su designación parece esconder algún tipo de intercambio de favores.

Estas movidas palaciegas han tenido que contar con la anuencia de la Cancillería, que mal hace en ofrecer refugio a quienes tienen declaraciones pendientes con la justicia o al pago de favores por trabajos desempeñados por el hermano presidencial y actual prófugo.

Solo hay que tener en cuenta que este tipo de trueques terminan conociéndose y entonces queda claro qué tipo de favores o información fue la que se intercambió y quiénes se prestaron desde el Estado a promoverlos.