La Navidad y los peruanos hoy, por Marisol Pérez Tello

La Navidad debería encontrarnos en paz, reconciliados, dispuestos a perdonar y a asumir compromisos con nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro país.

Para los hombres y mujeres de fe la Navidad marca la llegada de Jesús, con un mensaje de amor, unidad y transformación. En la humildad de un pesebre, nos enseña que los cambios más profundos nacen del corazón y del compromiso sincero. Pero más allá de la fe que profesemos, la Navidad nos une como familia, como comunidad, como humanidad.

La pandemia nos dejó lecciones que no debemos olvidar. Valoramos ahora los momentos simples: una mirada cómplice, un abrazo que lo dice todo, la risa compartida. Con nostalgia, recordamos a quienes partieron buscando nuevos horizontes o a quienes nos dejaron en esta vida. La Navidad no solo es celebración; es también un espacio para sentir, agradecer y conectar.

Las calles se llenan de movimiento y luces. Chocolatadas y gestos solidarios multiplican la esperanza, recordándonos que, incluso en las dificultades, siempre hay bondad y calidez en la gente. No importa si el gesto es grande o pequeño; lo que realmente cuenta es la intención y el deseo de mostrar afecto.

Sin embargo, este tiempo no solo debe llenarnos de alegría; también debe inspirarnos a reflexionar. ¿Qué celebramos realmente y cómo queremos llegar a este momento? La Navidad debería encontrarnos en paz, reconciliados, dispuestos a perdonar y a asumir compromisos con nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro país.

Si sientes que la política te ha defraudado, recuerda que la indiferencia es también una elección. Los espacios que dejamos vacíos los ocupan otros, y muchas veces no los mejores. Es hora de actuar, de renovar la fe en lo que podemos lograr juntos, con determinación y compromiso por quienes nos rodean.

Que esta Navidad te inspire a tener esperanza y construir un futuro mejor que empieza por unas manos limpias dispuestas y listas para actuar. ¡Felices fiestas!