Conocemos que la salud es el estado de bienestar de los seres vivos, una condición que adquiere mayor relevancia en los animales con sistema nervioso. Por esta razón, el ser humano experimenta bienestar y lo procesa a través del cerebro y los órganos de los sentidos. Este bienestar, en los humanos, es físico, psicológico y social, permitiéndoles actuar adecuadamente en sus actividades diarias.
El cerebro humano es el órgano más importante para la creación y evolución del mundo. Gracias a él, captamos la realidad del universo, los seres que habitan el planeta y los cambios que ocurren en los ámbitos físico, químico, biológico, social y cerebral. A través del cerebro reconocemos la realidad natural, la transformamos y creamos una realidad artificial que, en ocasiones, puede ser riesgosa para la vida.
Sin embargo, el cerebro también experimenta cambios que modifican su estructura y funciones. Como todo órgano biológico, sufre alteraciones (en las neuronas y su entorno) debido al envejecimiento, un proceso natural que ocurre con el tiempo en todos los seres vivos. A estas modificaciones naturales se suman los efectos de diversos procesos patológicos, algunos de los cuales pueden derivar en demencia.
El cerebro, siendo el órgano donde se crean y procesan ideas, pensamientos y conocimientos, ve afectadas estas capacidades cuando su estructura y funciones se alteran. La enfermedad se manifiesta en el cerebro con fallos en las funciones cognitivas, afectivas y sensoriales. Una de las manifestaciones más llamativas es la pérdida de memoria, que tiene un gran impacto en la vida de los afectados.
Las causas de la demencia son múltiples, aunque de manera simplificada se pueden señalar las siguientes:
a) Procesos degenerativos, como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad por depósito de cuerpos de Lewy (proteínas anormales).
b) Procesos vasculares, como la enfermedad vascular cerebral.
c) Infecciones.
d) Traumatismos.
e) Procesos iatrogénicos, debido al uso de anestésicos u otros medicamentos.
Estas causas generan consecuencias físicas, psicológicas, sociales y económicas que afectan tanto al individuo como a su familia.
Si la demencia es un síndrome que se produce por la destrucción progresiva de las neuronas, un equipo de neurólogos europeos ha planteado medidas para cuidar el cerebro. Entre las medidas preventivas proponen:
a) Cuidar la salud auditiva, ya que la sordera es un factor de riesgo para la demencia.
b) Dormir entre 7 y 8 horas diarias por la noche.
c) Mantener conexiones con familiares y amigos.
d) Aprender nuevas habilidades.
e) Atender la salud bucal, ya que existe conexión entre la cavidad oral y el cerebro.
f) Usar casco protector al manejar bicicleta o motocicleta.
Es igualmente importante recordar la relación entre la salud cerebral y la salud cardiovascular. Las medidas de protección para uno de estos sistemas benefician al otro, como llevar una dieta equilibrada reduciendo grasas y sal, controlar la presión arterial, realizar actividad física regularmente, moderar el consumo de azúcar, evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas. Además, el cerebro necesita estimulación sana a través de la lectura, la escritura y la música agradable.
Comprendemos cada vez mejor que el síndrome de la demencia está relacionado con diversos procesos patológicos. Al abordar su diagnóstico y tratamiento, se consideran las tres etapas de estos procesos: prepatogénica, patogénica y desenlace. Por ello, las medidas de prevención adquieren relevancia para reducir al máximo el riesgo de desarrollar demencia. Tanto el enfermo como su familia y la sociedad sufren las consecuencias de esta patología. La investigación científica continuará profundizando en el estudio de la demencia.4o
Médico especialista en Medicina Interna y especialista en Reumatología. Magíster y doctor en Medicina, por la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Profesor de Escuela de Posgrado y Past decano de la Facultad de Medicina de la U. Nacional de Trujillo. Cultiva las áreas de educación universitaria y filosofía de la ciencia.