Opinión

92 años del JNE

La institución tutelar de las elecciones libres celebra un aniversario más.

Editorial
Editorial

En 1931 se creó el Jurado Nacional de Elecciones para promover y vigilar la existencia de comicios que garantizaran la independencia de los peruanos para expresar libremente su voto y que este fuera respetado como índice de la voluntad popular. En su trayectoria, ha conducido 18 elecciones presidenciales.

Todo ese tiempo no ha estado exento de amenazas y han existido períodos negros en nuestra historia, en los que se buscó torcer la decisión en las urnas o directamente sustituir esa capacidad de elegir, por golpes de Estado que afectaron las libertades y derechos de nuestros conciudadanos.

Sin embargo, la recuperación de la democracia ha sido también una constante lograda fundamentalmente por la movilización ciudadana, que ha escrito páginas de lucha y de sacrificio. Estos retornos a la vida institucional han fortalecido la vigencia de las libertades políticas y sociales y la existencia de entidades públicas como el JNE, que reafirman su institucionalidad como una prueba irrefutable de la solidez del país y sus convicciones democráticas.

Este 92° aniversario del JNE se da en un contexto de riesgo para la independencia y autonomía de los órganos electorales sobre los que se cierne la amenaza de un sector del Congreso, empeñado en un control político sobre las autoridades que velan por el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas.

El fujimorismo y sus socios políticos han ensayado muchas fórmulas para someter a las autoridades electorales. Sus denuncias de fraude en el 2021 –desmentidas por la realidad de los hechos y ahora por la propia candidata perdedora– no lograron afectar la entereza de ese poder del Estado. Sin embargo, han alentado diversas iniciativas para ejercer influencia y manipular resultados.

Ahora se está barajando la posibilidad de poner a las autoridades electorales bajo el control político de los parlamentarios, con lo que se estarían poniendo en grave riesgo los principios rectores del JNE: imparcialidad, independencia, transparencia y eficacia.

“La plena vigencia de la democracia y los derechos humanos son valores centrales de las naciones civilizadas, y en un contexto complejo como el que enfrenta nuestro país esos valores deben ser defendidos con resolución y entereza”, señaló en su discurso por el aniversario el presidente del JNE, Jorge Luis Salas Arenas. Una defensa a la que debemos sumarnos todos los demócratas.