Espero más de la clase alta

Prefieren votar por un candidato que está detrás de la monstruosa persecución a los periodistas que investigan los delitos del Sodalicio, y que no oculta su adoración hacia el alcalde más corrupto de la historia de Lima.

Mariana de Althaus

Me resisto a pensar que la clase alta peruana no haya aprendido nada. Habiendo otras opciones, parece estar apostando por un partido de ultra derecha vinculado a la corrupción. Después de poner sus fichas durante décadas en el fujimorismo, tendrían que haber aprendido que no sirve de nada la inversión si está en manos de la corrupción. Ahora, ante el terror que les produce la izquierda, las clases altas tienen la opción de apoyar dos proyectos de centro que creen en la economía de mercado, liderados por Guzmán y Forsyth, e incluso un proyecto de derecha conservadora en manos de alguien serio y preparado como De Soto, pero su conservadurismo y su desdén por los derechos de los grupos tradicionalmente discriminados los hace apostar por el fachista, el desequilibrado, el amigo de los master de la corrupción y el abuso: Castañeda y el Sodalicio.

Más les convendría apostar por De Soto, Forsyth o Guzmán, porque cualquiera de los tres podría pechar a Lescano o Mendoza en una segunda vuelta. Pero no, todo indica que buena parte de los sectores A-B prefieren al candidato que demuestra con su patanería y su violencia que, de llegar a la presidencia, sería capaz de cerrar periódicos o canales que pretendan cuestionarlo, como en las peores dictaduras.

Prefieren votar por un candidato que está detrás de la monstruosa persecución a los periodistas que investigan los delitos del Sodalicio, y que no oculta su adoración hacia el alcalde más corrupto de la historia de Lima. Prefieren apoyar al candidato que muestra un evidente torcimiento mental y una falta de empatía absoluta con los otros, que parece ser capaz de todo, incluso de eliminar a cualquiera que se meta en su camino de ambición y rabia destructiva.

Prefieren votar también, como si todo lo anterior fuera poco, por un partido que desprecia a la mujer, en un país donde millones de mujeres solas (el 23%) sacan adelante a sus hijxs en un hogar abandonado por el padre, un país en el que las mujeres tienen que sortear los obstáculos de los prejuicios de género, el machismo y la violencia para poder estudiar y salir adelante.

Aparentemente no les importa, ni siquiera a mujeres privilegiadas, porque ellas y sus hijas estudian en colegios y universidades privadas, no van a tener que sufrir una escuela pública y una sociedad que destruye sus sueños, que las forma para servir al hombre y aceptar sus abusos, y las condena a la violencia y la ignorancia.

Me niego a aceptar que sea así. Espero mucho más de mi país y de su gente.