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Condena a Marine Le Pen por malversación desata 3 protestas enfrentadas en París

La sentencia judicial contra Marine Le Pen dividió a Francia en tres manifestaciones simultáneas que reflejan la creciente polarización política. Ultraderecha, izquierda y gobierno salieron a las calles de París con discursos divergentes.

Le Pen, considerada la mayor opositora del presidente Macron, ha sido sentenciada por el Tribunal de París. Foto: RTVE
Le Pen, considerada la mayor opositora del presidente Macron, ha sido sentenciada por el Tribunal de París. Foto: RTVE

Francia vivió una jornada de alta tensión política tras la condena a Marine Le Pen por malversación de fondos públicos. El fallo, que la inhabilita por cinco años y le impone una pena de prisión parcialmente suspendida, ha generado una ola de reacciones que cruzan todo el espectro político. Mientras sus seguidores denuncian una supuesta persecución judicial, la izquierda y el oficialismo defienden la independencia de los jueces y la integridad institucional.

Este domingo 6 de abril, París fue escenario de tres movilizaciones simultáneas y opuestas. La ultraderecha encabezada por el Reagrupamiento Nacional (RN); la izquierda, articulada en torno a Francia Insumisa y Los Ecologistas; y el gobierno, representado por el partido Renacimiento de Emmanuel Macron, ocuparon diferentes puntos de la ciudad.

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Protestas a favor de Le Pen

Los simpatizantes de Marine Le Pen se congregaron en la plaza Vauban, un enclave simbólico de París situado frente al hospital de los Inválidos, donde descansan figuras militares como Napoleón Bonaparte. Convocados por el Reagrupamiento Nacional, cientos de manifestantes se presentaron con consignas que denuncian un “complot judicial” y una supuesta estrategia institucional para impedir que Le Pen participe en las elecciones presidenciales de 2027.

Le Pen, condenada por haber desviado 4,1 millones de euros de fondos europeos destinados a asistentes parlamentarios, no negó los hechos. En cambio, calificó la sentencia de “decisión política” y atacó directamente a los jueces, a quienes acusó de actuar por motivaciones extrajudiciales. “¡Esto no es justicia, es una operación política!”, exclamó ante sus seguidores. Su discurso combinó referencias a la democracia, denuncias de un supuesto juego sucio mediático y comparaciones con figuras históricas como Martin Luther King, en un intento de convertir su causa en un símbolo de resistencia.

El presidente del partido, Jordan Bardella, también denunció una supuesta “herida infligida a millones de patriotas” y afirmó que la movilización buscaba defender la democracia, no desafiarla. Sin embargo, el tono beligerante de los discursos y la presencia de apoyos internacionales como Donald Trump o Viktor Orbán reforzaron la percepción de que el RN avanza hacia una estrategia populista basada en la deslegitimación del poder judicial.

Marcha de la izquierda

En la plaza de la República, también en el corazón de París, la izquierda organizó una manifestación paralela para denunciar el intento de la ultraderecha de socavar al sistema judicial francés. Según fuentes policiales consultadas por France 24, habrían sido alrededor de 3.000 personas en total. Bajo el lema de defensa del Estado de derecho, partidos como Francia Insumisa, Los Ecologistas y la Izquierda Radical reunieron cientos de personas, respaldadas por sindicatos estudiantiles y laborales.

Manuel Bompard, figura destacada de la izquierda, alertó sobre el “giro trumpista” del RN y advirtió que la condena de Marine Le Pen no puede utilizarse como excusa para atacar a los jueces. “La extrema derecha se muestra ahora sin filtros: es una amenaza para la democracia y las libertades”, señaló. La líder ecologista Marine Tondelier fue aún más explícita: “Ya no estamos ante un RN desdiabolizado, sino ante un partido que victimiza a sus líderes para justificar la impunidad”.

La protesta se enfocó en preservar la independencia judicial frente a lo que los oradores calificaron como una estrategia deliberada de presión y descrédito. También expresaron su temor de que, si el discurso de Le Pen se impone, la justicia se convierta en un blanco sistemático del populismo autoritario.

Manifestación del oficialismo

En Saint-Denis, suburbio popular del norte de París, el oficialismo liderado por el partido Renacimiento celebró un acto propio para marcar distancia tanto de la ultraderecha como de la izquierda. El evento contó con la participación del ex primer ministro Gabriel Attal, el centrista François Bayrou y Edouard Philippe, todos con ambiciones presidenciales para 2027. Su mensaje fue claro: respaldar a la justicia francesa y condenar cualquier intento de politización de sus decisiones.

Gabriel Attal recordó que el caso contra Marine Le Pen se desarrolló durante más de una década y concluyó con pruebas sólidas de malversación. “Le Pen y su partido desviaron millones de euros. Robas, pagas, sobre todo si ocupas un cargo público”, afirmó. También denunció como “injerencia” el apoyo de Trump y Orbán a Le Pen, y reafirmó la necesidad de proteger la separación de poderes.

A diferencia de las otras manifestaciones, la protesta oficialista adoptó un tono más institucional y buscó proyectar estabilidad. Varios dirigentes subrayaron que, si se permite a los condenados desacreditar sentencias judiciales desde la calle, se abriría una peligrosa brecha en el sistema republicano. El expresidente François Hollande advirtió que no se trata solo de libertad de expresión, sino de salvaguardar los pilares del Estado.