Donald Trump es la "peor alternativa para América Latina" como presidente de Estados Unidos, advierte Farid Kahhat
El internacionalista explica la visión que Donald Trump maneja sobre los países de América Latina, la cual no se ve condicionada por "afinidades ideológicas", sino por el beneficio que pueda tener Estados Unidos.
La visión de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, es cuanto menos peculiar. El líder republicano es en la actualidad una de las figuras principales del autoritarismo y un firme defensor de la ideología nacionalista, rasgos que lo han llevado a anunciar, o amenazar, con una serie de medidas migratorias que endurecerán la política de inmigración en Estados Unidos.
Para Farid Kahhat, internacionalista y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, esta perspectiva de las relaciones internacionales vuelve a Trump en una figura peligrosa y la "peor alternativa para América Latina", ya que plantea el uso de la fuerza como la primera alternativa contra aquellos países que no comparten "intereses" o "no coinciden" con los intereses de Estados Unidos.
PUEDES VER: Trump vuelve a la Casa Blanca EN VIVO: dónde ver su toma de posesión como presidente de los Estados Unidos
Trump: ¿un peligro latente para América Latina?
―¿Qué significa el nuevo triunfo electoral de Trump para América Latina y cuál será su impacto?
―Hay un lugar común equivocado sobre lo que puede implicar el triunfo de Trump: su lectura en clave ideológica. Lo que se ignora es que la consigna 'America First' defiende un nacionalismo étnico exclusivista, donde las afinidades ideológicas son secundarias. Si tus intereses no coinciden con los de Estados Unidos, como los entiende Trump, te va a sancionar o te va a amenazar de cualquier manera.
Durante su primer Gobierno, Trump sancionó con aranceles punitivos las exportaciones brasileñas, a pesar de que Brasil era gobernado por Bolsonaro, quien se hace llamar 'el Trump de los trópicos'. En la actualidad, Trump amenaza a Panamá con arrebatarle, por la fuerza en caso de ser necesario, el control del canal, a pesar de que el gobierno panameño es conservador.
Yo diría que, en general, Trump es una peor alternativa para América Latina que los demócratas porque ambos son proteccionistas, pero solo él está amenazando con el uso de la fuerza. Habría que recordar que uno de sus voceros, el nuevo enviado especial para América Latina, ha dicho que habría que aplicar un 60% de aranceles a cualquier exportación que vaya desde Chancay hacia los Estados Unidos.
―¿Qué país de América Latina podría beneficiarse más con la administración de Trump? ¿Milei o Bukele, por su mayor cercanía?
―Las afinidades ideológicas no han impedido a Trump aplicar sanciones contra gobiernos de derecha. Milei tal vez obtenga de Trump un respaldo para su pretensión de obtener un nuevo crédito del FMI (Fondo Monetario Internacional), pero aunque Estados Unidos tiene un peso específico, no puede tomar la decisión por cuenta propia. No lo descarto, pero son muchos más los problemas que las ventajas.
Incluso, hay cosas que Trump va a hacer en temas que no tienen que ver directamente con América Latina, pero que nos van a afectar. Por ejemplo, si el conflicto comercial con China afecta al crecimiento de la economía china, terminará afectando a Perú. Según el Instituto Peruano de Economía, por cada punto porcentual que deje de crecer China, Perú va a dejar de crecer 0.4%.
Para el especialista, quizá Milei "obtenga de Trump un respaldo" sobre todo frente a FMI. Foto: AFP.
PUEDES VER: A qué hora inicia la toma de posesión de Trump EN VIVO: sigue en directo la asunción al cargo en EE. UU.
Las leyes contra los migrantes no buscan la seguridad nacional
―¿Trump aborda el tema de la migración en Estados Unidos desde una perspectiva de seguridad nacional, como una estrategia para ganar simpatías políticas o cuál cree que sea la razón?
―No tiene mayores implicaciones en materia de seguridad. Existe evidencia que señala a los inmigrantes como menos propensos a cometer delitos o estar involucrados en actos de terrorismo que la población local.
El discurso de Trump ha convertido a los inmigrantes en una fuente de competencia desleal por puestos de trabajo, inseguridad ciudadana e incluso los ha asociado con el terrorismo. Por ejemplo, el último gran atentado terrorista en Estados Unidos (atropello masivo en Nueva Orleans) fue perpetrado por un ciudadano estadounidense nacido en el país.
Hay un temor justificado, o no, de un sector de la opinión pública hacia los inmigrantes. Es cierto que en años previos, aunque ya no en la última etapa del gobierno de Biden, la inmigración indocumentada había crecido, es un tema que Trump intentará afrontar en su gobierno.
―¿Cómo afectarán las restricciones migratorias a las comunidades de inmigrantes en Estados Unidos?
―Lo primero que habría que decir es que la idea de Trump de deportar inmigrantes indocumentados, sobre todo aquellos que tienen antecedentes penales, salvo por la dimensión, no es nueva. Obama y Biden llegaron a deportar hasta cerca del medio millón en un año, el mismo en el que mayor número de deportaciones se hicieron, sin embargo, para los demócratas este no es un tema de campaña.
Habría que ser absolutamente honestos y decir que, salvo por la dimensión de lo que quiere hacer, Trump no pretende hacer algo que no se haya hecho antes.
De acuerdo con Kahhat las leyes anti-migrantes de Trump no son con el fin de aumentar la seguridad en Estados Unidos. Foto: CNN.
―Si Trump llegara a concretar “la mayor deportación de la historia”, como ha afirmado, ¿qué efectos tendrían en la economía de Estados Unidos?
― El efecto será negativo, de eso no hay mayor discusión posible. La oferta de trabajo indocumentado se da en dos sectores de la economía estadounidense: la agrícola y, en menor medida, en el de construcción de vivienda. En ese sentido, no hay que pensar en la oferta de trabajo indocumentado para el conjunto de la economía, sino para esos sectores. Menor oferta por las deportaciones de trabajadores, mayores salarios, eso va a tener efecto inflacionario y eso no es bueno para la economía norteamericana.
En segundo lugar, si Trump intenta deportar entre 11 y 12 millones de indocumentados, según los cálculos oficiales, eso va a tener un costo económico muy grande porque hay que buscarlas, detenerlas, esperar que se procesen sus casos, mantenerlas detenidas mientras se procesa el caso y finalmente deportarlas. Eso tendrá un costo que se ha estimado en más de 120.000 millones de dólares.
Por otra parte, surgirá el problema de qué hacer cuando los países no acepten de vuelta a sus ciudadanos porque, por ejemplo, muchos de ellos llegaron como niños y nunca han vivido o no tienen recuerdo de haber estado en el país. Ante esto, surgirá un nuevo conflicto con los países receptores, a quienes, probablemente, Trump lanzará nuevas amenazas de aranceles.
Además, cabe mencionar que, dentro de Estados Unidos, hay estados y ciudades santuario que se niegan a cooperar con la detención y deportación de indocumentados. En estos lugares podría haber problemas legales e incluso conflictos si se utiliza, como mencionó, a la Guardia Nacional para obligar a estos estados o ciudades a cumplir con sus decretos o con leyes que pueda aprobar el Congreso. Esto podría desencadenar un conflicto político y acarrear un costo económico muy alto, en caso de llevarlo a cabo, algo que está por verse.
PUEDES VER: ¿Quién es Melania Trump, la primera dama de Estados Unidos y exmodelo que regresará a la Casa Blanca?
Trump entre del autoritarismo y la dictadura
―Trump es conocido por su cercanía a líderes autoritarios como Putin o X Jinping, ¿cómo cree que será la relación con la dictadura de Maduro con Marcos Rubio al frente de la secretaria de Estado de EE. UU.?
―Lo que dependa de la Secretaría de Estado será decidido por Marco Rubio desde una perspectiva de hostilidad frontal. Rubio escribió hace algún tiempo un artículo en el que mencionaba la importancia de establecer una alianza con gobiernos afines para enfrentar dictaduras como la de Venezuela, pero las decisiones fundamentales probablemente se tomarán a nivel del Ejecutivo en su totalidad, donde prevalece la influencia de Trump, no de Rubio.
La situación en Venezuela no sería un tema prioritario para Donald Trump. Foto: AFP.
Él (Marco Rubio) ya cambió su posición respecto a la posibilidad del uso de la fuerza para provocar un cambio de régimen en Venezuela. Estaba a favor y ahora ya no, probablemente, pese a la posición de Trump que, recordemos, no recibió a Edmundo González cuando viajó a los Estados Unidos y solo lo reconoció como presidente electo un día antes de que Maduro juramente.
―¿Qué tan viable es que Estados Unidos retome el canal de Panamá tras las amenazas de Trump?
―Podrá obtener concesiones, pero no el control, por ejemplo, menores tarifas. Dicho sea de paso, las tarifas no subieron de manera caprichosa, ni subieron solo para barcos estadounidenses. Las tarifas subieron por la sequía y subieron para todos los barcos de cualquier bandera y ningún otro país ha hecho amenazas como las de Trump. Eso es un indicio de que no es una amenaza, en mi opinión, creíble.
El propio Trump ha dicho cuáles son sus preocupaciones. No se trata estrictamente de seguridad, es más bien sobre tarifas. Además, mencionó la presencia de China, país al que él acusó de administrar el Canal, lo cual es totalmente falso. Sin embargo, es cierto que China está invirtiendo de manera creciente en y alrededor del canal. Por ejemplo, tiene puertos administrados por empresas chinas y construidos en su momento por compañías chinas en ambos extremos del canal.
Habría que recordar que aquí en Perú hay un megapuerto en Chancay, construido y administrado por empresas chinas. Esto es un indicio de lo que nos podría pasar a nosotros. Pero yo no creo que en el Canal de Panamá estén realmente pensando en usar la fuerza, que es su mecanismo de negociación, y diría lo mismo respecto a Canadá.