La difícil relación entre Mario Vargas Llosa y su padre: ¿por qué lo conoció 10 años después de su nacimiento y nunca quiso que fuera escritor?
A pesar de los intentos de su padre por alejarlo de la literatura inscribiéndolo en un colegio militar, esa experiencia impulsó a Mario Vargas Llosa a escribir su primera gran novela: 'La ciudad y los perros'.
- Darinka Ramírez confiesa que encontró un depósito de S/15.000 de Jefferson Farfán a Xiomy Kanashiro: "Le conté a su mamá"
- Isabel Preysler quedó en shock tras conocer el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, asegura programa español

La relación entre Mario Vargas Llosa y su padre, Ernesto Vargas Maldonado, siempre fue complicada. Nunca aprobó su temprana afición a la literatura, porque creía que los escritores eran "maricones y borrachos" y el nobel peruano no lo conoció sino hasta los 10 años, pues durante todo ese tiempo creyó que estaba muerto. Al menos, eso fue lo que le hizo creer su familia materna, encabezada por su madre, Dora Llosa Ureta, tal como relata en su libro de memorias 'El pez en el agua'.
Lo cierto era que su padre los había abandonado tras el nacimiento del novelista. En una familia mayoritariamente católica, este hecho se consideraba motivo de vergüenza, por lo que prefirieron ocultarlo con una mentira, creyendo que Ernesto Vargas jamás volvería con Dora Llosa.
¿Cómo se conocieron por primera vez Mario Vargas Llosa y su padre?
Mario Vargas Llosa conoció a su padre cuando tenía 10 años, en Piura, en un encuentro que lo tomó completamente por sorpresa. Hasta entonces, había vivido convencido de que estaba muerto. Sin embargo, tras el inesperado retorno de la relación entre su madre, Dora Llosa, y Ernesto Vargas, la situación dio un giro. Poco después, se trasladaron a Lima, donde —según el propio escritor— comenzaría la pesadilla.
En Lima, el joven Mario descubrió no solo una ciudad que contrastaba con la libertad que había disfrutado en Cochabamba y Piura, sino también la figura imponente y autoritaria de un padre que le resultaba ajeno y que pronto se convertiría en una presencia temida. Ernesto Vargas impuso una disciplina férrea, carente de afecto y dominada por el castigo. Su carácter violento y su desprecio por la inclinación literaria de su hijo transformaron el hogar en un campo de tensión constante.

Su época en el Colegio Militar Leoncio Prado le sirvió de inspiración para su primera novela 'La ciudad y los perros'. Foto: El blog
¿Por qué el padre de Mario Vargas Llosa no quería que fuera escritor?
En su libro de memorias, Vargas Llosa relata que su padre lo golpeaba con frecuencia y le reprochaba a su madre el exceso de mimos que, según él, había recibido en casa de sus abuelos. Ernesto Vargas rechazaba rotundamente la afición de su hijo por la literatura y nunca quiso que se convirtiera en escritor. "Él tenía la idea de que todos los escritores y poetas eran borrachos o maricones: le producía verdadero horror", declaró el Nobel peruano en una entrevista con el diario El País en 2023.
La tormentosa convivencia con su padre en Lima llevó al joven Vargas Llosa a refugiarse en la lectura, sumergiéndose en las obras de autores como Julio Verne y Víctor Hugo. "El comienzo con mi padre no fue bueno (...) No hubo nunca un entendimiento, siempre hubo una enorme tensión. Además, era un hombre muy rígido, muy duro. Mi vocación literaria fue la manera de resistir su autoridad", señaló el escritor.
Su padre lo envía al Colegio Militar Leoncio Prado
En un intento por alejarlo de la literatura, Ernesto Vargas decidió inscribir a su hijo en el Colegio Militar Leoncio Prado, convencido de que la disciplina castrense lograría 'enderezarlo' y erradicar su afición por los libros. Lo que no imaginaba era que esa experiencia sería el nacimiento de la primera gran novela de Mario Vargas Llosa: 'La ciudad y los perros'. Como él mismo relata en 'El pez en el agua', fue en ese entorno hostil donde leyó más que nunca y comenzó a escribir con mayor intensidad. Durante su estadía, redactaba "novelitas eróticas" y cartas para sus compañeros, que luego intercambiaba por dinero o cigarrillos.
"Me salvó la literatura, la lectura, entrar en un mundo muy distinto, un mundo de aventuras, de fascinación, de existencias absolutamente fuera de lo común. Me sacaba de la pequeña 'cárcel' de Lima y me hacía viajar por el mundo y por el tiempo. La literatura fue mi salvación en esos años de adolescencia muy difíciles que pasé con mi padre”, dijo al periódico ABC en 2019.
Su padre quiso reconciliarse años más tarde
Mario Vargas Llosa, en su autobiografía, relató que en un momento de su vida, su padre, intentó acercarse a él para una reconciliación. Sin embargo, el novelista peruano rechazó tal intento.