Educación

¿Tus alumnos se sienten seguros en clase? Estrategias clave para un ambiente emocional sano y positivo en el aula

El bienestar emocional es un pilar fundamental en el desarrollo integral del alumnado, sobre todo en las primeras etapas de la vida. 

Los docentes deben brindarles confianza a sus estudiantes para evitar problemas emocionales. Foto: difusión
Los docentes deben brindarles confianza a sus estudiantes para evitar problemas emocionales. Foto: difusión

En el contexto actual, marcado por el estrés post pandemia, las brechas educativas y el aumento de casos de ansiedad y bullying, los expertos coinciden en que el aula debe ser mucho más que un espacio de aprendizaje académico: debe ser un entorno seguro, emocionalmente positivo y humano.

Los estudiantes no pueden aprender con eficacia si no se sienten seguros emocional y psicológicamente. Así lo indican diversos estudios recientes sobre bienestar estudiantil, que demuestran una relación directa entre el clima emocional del aula y el rendimiento académico.

¿Por qué es importante un entorno emocionalmente seguro?

Un entorno emocionalmente seguro en el aula permite que los estudiantes se expresen sin miedo a ser juzgados, favorece la participación activa, y fortalece la autoestima y la empatía. Según el Ministerio de Educación del Perú (Minedu), una escuela emocionalmente saludable puede prevenir la violencia escolar, reducir la deserción y mejorar el clima institucional.

"Los niños y adolescentes que se sienten valorados, respetados y escuchados tienen mayor motivación para aprender y una mejor salud mental", señala Maritza Ríos, psicóloga educativa y asesora pedagógica en Lima.

Claves para docentes: ¿cómo construir un aula emocionalmente sana ?

  1. Fomentar la confianza desde el primer día: Saludar con amabilidad, aprender los nombres de los estudiantes y escuchar activamente ayuda a crear vínculos sólidos.
  2. Establecer normas claras y respetuosas: No se trata de imponer, sino de construir reglas junto con los alumnos que promuevan el respeto mutuo.
  3. Practicar la empatía: Comprender las emociones y contextos de los alumnos —especialmente en zonas vulnerables— es fundamental.
  4. Gestionar los conflictos con diálogo: En lugar de sancionar inmediatamente, invitar a la reflexión y a la resolución pacífica de conflictos ayuda a modelar comportamientos.
  5. Dar espacio a las emociones: Permitir momentos para que los estudiantes hablen sobre cómo se sienten o lo que viven en casa puede ser más valioso que una hora de teoría.
  6. Reconocer logros, por pequeños que sean: El refuerzo positivo fortalece la autoestima y la motivación.

Estrategias que ya funcionan en Perú

Algunas escuelas públicas y privadas ya han empezado a implementar prácticas innovadoras como “el rincón de las emociones”, círculos de conversación semanal, o pausas activas para disminuir el estrés. Programas como “Escuelas Amigas” del Minedu buscan formar docentes más capacitados en inteligencia emocional y prevención de la violencia escolar.

Crear un entorno emocionalmente seguro no solo es responsabilidad del docente, sino también de las familias, directivos y autoridades educativas. Requiere tiempo, formación constante y compromiso genuino con el bienestar integral de los estudiantes.

Al final, como señala una frase cada vez más citada en espacios pedagógicos: “Los niños no recordarán cada lección que les diste, pero sí cómo los hiciste sentir en el aula.”