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Lima, la ‘Ciudad de los Reyes’: ¿Por qué se le conoce con ese nombre si nunca tuvo un rey?

Aunque Lima nunca fue gobernada por un monarca, su título como la ‘Ciudad de los Reyes’ refleja la influencia religiosa y política de su fundación, un legado que se remonta al siglo XVI.

Lima, conocida originalmente como la “Ciudad de los Reyes”, recibió este nombre en honor a la festividad de la Epifanía. Foto: composición LR
Lima, conocida originalmente como la “Ciudad de los Reyes”, recibió este nombre en honor a la festividad de la Epifanía. Foto: composición LR

Fundada en 1535 por Francisco Pizarro, Lima es conocida históricamente como la ‘Ciudad de los Reyes’. A pesar de lo que su nombre sugiere, esta denominación no está relacionada con la existencia de una monarquía local o extranjera que gobernara la región. Entonces, ¿de dónde proviene este título tan emblemático?

La capital peruana, ubicada en el estratégico valle del Rímac, fue el centro administrativo del Virreinato del Perú, lo que la convirtió en la ciudad más importante de Sudamérica durante la colonización española. Sin embargo, el origen de su apelativo se encuentra en un episodio que mezcla religión y política, elementos que marcaron su fundación y desarrollo.

El origen del nombre: un homenaje religioso

Francisco Pizarro fundó Lima el 18 de enero de 1535, eligiendo el fértil valle del Rímac como el sitio ideal para la nueva capital. El nombre “Ciudad de los Reyes” fue dado en honor a la fiesta de la Epifanía, que se celebra el 6 de enero, pocos días antes de la fundación oficial de la ciudad. Este evento conmemora la adoración de los Reyes Magos al niño Jesús, un acontecimiento de gran relevancia para la tradición cristiana.

En la época colonial, las festividades religiosas marcaban las decisiones políticas y sociales. Pizarro, influido por la importancia de las celebraciones católicas, quiso otorgar a la ciudad un nombre que reflejara un simbolismo divino y espiritual. La elección del título “Ciudad de los Reyes” fue una manera de vincular la fundación de Lima con un evento de trascendencia religiosa, consolidando así su estatus como una ciudad especial bajo la protección de la fe católica.

La interpretación política del nombre

Si bien el motivo religioso es el más conocido, el nombre “Ciudad de los Reyes” también puede interpretarse como un reflejo de la conexión de Lima con la Corona española. Como capital del Virreinato del Perú, Lima se convirtió en un importante centro administrativo, político y económico del dominio español en Sudamérica. Este título resaltaba la relevancia de la ciudad dentro del orden colonial.

La denominación también podía funcionar como una estrategia simbólica para proyectar la lealtad de la ciudad al Imperio Español, reforzando la relación entre la metrópoli y sus territorios en el Nuevo Mundo. Lima se consolidó como un pilar de la administración virreinal, lo que le otorgó un protagonismo destacado durante los siglos XVI y XVII.

De “Ciudad de los Reyes” a Lima

Aunque el título “Ciudad de los Reyes” marcó los inicios de la capital peruana, con el tiempo fue reemplazado por un nombre más sencillo y práctico: Lima. Este término tiene su origen en el vocablo quechua Rímac, que significa “el que habla” o “río hablador”, y era utilizado por los habitantes indígenas para referirse al valle donde se fundó la ciudad.

Cento histórico de Lima: Todo lo que debes saber

Lima cumple 490 años. Fue fundada el 18 de enero de 1535.

El uso de “Lima” refleja cómo las tradiciones locales persistieron a pesar del dominio español. Mientras el título oficial estaba cargado de simbolismo religioso y político, el nombre indígena capturaba la esencia geográfica y cultural del lugar. Con el paso de los años, “Ciudad de los Reyes” quedó relegado al ámbito histórico, mientras que “Lima” se consolidó como el nombre definitivo de la ciudad.

En la actualidad, aunque pocos asocian a Lima con su nombre original, el apodo “Ciudad de los Reyes” sigue siendo un recordatorio de los eventos que marcaron su fundación. Este título evoca la influencia de la religión y la política en la configuración de una ciudad que se convertiría en uno de los centros más importantes de Sudamérica.