Cultural

Jorge Villacorta y Augusto del Valle sobre “Contemporáneo 1” en el MAC: “Prescindimos por completo del surrealismo”

Jorge Villacorta y Augusto del Valle conversan con La República sobre “Contemporáneo 1”, exposición permanente del Museo de Arte Contemporáneo, la cual se yergue como la primera gran panorámica del arte peruano contemporáneo. De visión imprescindible, por su valor y polémica.

Jorge Villacorta y Augusto del Valle. Foto: Miguel Vásquez.
Jorge Villacorta y Augusto del Valle. Foto: Miguel Vásquez.

Hay dos maneras, en principio, de recorrer Contemporáneo 1. Materia::Alquimia::Dispositivo::Flujo, la exposición permanente que el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) inauguró a inicios de diciembre del año pasado, la cual irá hasta el 31 de diciembre del 2026. Basta esa sola referencia temporal para tener una idea aterrizada de la ambición del proyecto que tiene a Jorge Villacorta y Augusto del Valle como curadores y a Paulo Dam como responsable de la museografía.

Decíamos que hay dos maneras de acercarse a esta muestra que reúne las obras de más de 100 artistas peruanos contemporáneos, distribuidas en cuatro zonas (Zona IAC, Zona Radicalidad & Resistencia, Zona Referente & Posmodernidad y Zona Centro) de la Sala 3 del MAC. La primera, recorrerla con la percepción del conocedor y en esa coordenada apreciar el valor de las piezas (pintura, instalación, fotografía, escultura, cortometraje y video) y la evolución de los artistas; y la segunda, que sugerimos, ingresar a Contemporáneo 1 con toda la disposición para el asombro. No es para menos, estamos ante una exposición que le hace justicia a su nombre. Por ejemplo, en las dos visitas que hizo La República, las tres horas dedicadas a su recorrido quedaron cortas.

 Zona Radicalidad y Resistencia.

Zona Radicalidad y Resistencia.

Contemporáneo 1 cumple con una función que ha estado ausente, que es una presentación panorámica con información sobre artistas específicos y obras de arte peruano contemporáneo y también moderno, y a la vez tiene un fuerte componente pedagógico en la concepción”, dice el curador Augusto del Valle.

Cuando le preguntamos a los curadores por el tiempo que tomó armar Contemporáneo 1, señalan que fue poco más de un año, en donde se pudo ver una serie de factores alineados: la obras provienen de la colección Hochschild Correa, del propio MAC y de los artistas que las han prestado sabiendo que su trabajo va a estar inmovilizado por dos años (no la van a poder vender), lo cual es una prueba tajante de que había una necesidad de contar con una muestra de estas dimensiones.

 Zona IAC.

Zona IAC.

“Esta exposición hace palpable la misión del MAC, todas las instituciones tienen una misión. Si alguien quiere conocer el arte peruano contemporáneo, ahora va a tener una oportunidad para hacerlo”, precisa Jorge Villacorta.

Ramiro Llona, Fernando Bryce, Esther Vainstein, Claudia Coca, Fernando de Szyszlo, Baldomero Pestana, Alfredo Márquez, Billy Hare, Joaquín López Antay, Jorge Eduardo Eielson, Juan Enrique Bedoya, Jesús Ruiz Durand y Mariella Agois, son algunos de los nombres que uno escoge al azar, quizá llevado por la preferencia personal, de la misma manera que la tendrá cada visitante con los artistas con los que se sientan más identificados. Pero dejando nombres de lado y asumiendo lo que transmite el conjunto de las obras que dialogan con la Zona Centro, se impone un diálogo que no desentona y que pudo desentonar por la variedad temática y formal. A saber, la Zona IAC (Instituto de Arte Contemporáneo) conversa con la Zona Referente & Post-Modernidad. Para conseguir esta armonía, parecida al trabajo de selección de las antologías literarias, se ha debido seguir criterios y ejecutar filtros.

 Zona Centro.

Zona Centro.

“Hay un punto que es importante discutir: prescindimos por completo del surrealismo. En la Zona Centro nunca pensamos en introducirlos realmente. Este año el IAC cumple 70 años de existencia, el IAC es lo que da nacimiento al MAC y el IAC tenía que tener un espacio propio, eso lo decidimos bien al principio y ese espacio propio conectaba con la Zona Centro. Yo lo viví como un cataclismo, porque para mí una de las cosas más extrañas de Lima el año pasado es que nadie ha celebrado los 100 años del Manifiesto surrealista y, de pronto, anularlo era como ¿qué estoy haciendo yo que he sido siempre amante del surrealismo? Pero, por otro lado, había una narrativa que contar y el surrealismo y sus afiliados no son necesariamente parte de esa narrativa. Si tú hubieras visto a los surrealistas ahí, no hubieras tenido la sensación que nos dices que tienes, porque hubieras inmediatamente sentido que había algo que se salía. Para mí, todo se zanjó en el hecho de que es vanguardia histórica y es moderna, no es contemporánea. Tilsa Tsuchiya, Gerardo Chávez, Venancio Shinki y Leoncio Villanueva representan un momento de la plástica peruana, tienen un componente erótico que no actúa como cuña en la desestructuración del paradigma moderno. Para nosotros, el punto de inflexión agudo y traumático es el Premio Nacional de Cultura a Joaquín López Antay en 1975. Por eso es que en la Zona Centro está el retablo de López Antay. Lo que nos interesaba era entender por qué en el Perú actual el arte amazónico dialoga con todo lo demás en el ámbito de lo contemporáneo. Y eso tiene un origen en ese premio y eso es una auténtica comba mientras que lo erótico surrealista no representa eso, es decir, la sociedad de Lima sigue siendo tan pacata como siempre. Tilsa Tsuchiya será probablemente la más grande pintora peruana, pero si esta exposición pretende ser didáctica, había que tomar una decisión fuerte”, enfatiza Villacorta. Polémico.

 Retablo de Joaquín López Antay.

Retablo de Joaquín López Antay.

Para Del Valle, fue el “criterio pedagógico el que primó, pensando en la cuestión de reducir, simplificar y ver” y destaca la presencia de la fotografía en Contemporáneo 1: “En el término del planteamiento, la fotografía era un poco nuestra bisagra. La fotografía está en los diarios, está como estética incluso en la formulación del cine. La fotografía tiene una presencia desde antes de las artes visuales en Perú”.

 Zona Referente y Posmodernidad.

Zona Referente y Posmodernidad.

Contemporáneo 1 suscita otras impresiones, y aunque suene extraño decirlo en un contexto en donde todo pinta mal para el desarrollo de la vocación artística, estas impresiones (positivas) son también la firma de una realidad general: el buen momento del arte en Perú. Del Valle y Villacorta asienten ante lo dicho. Las exposiciones más sólidas del año pasado, a saber, tuvieron a la fotografía como protagonista. Los curadores subrayan del mismo modo el proceso que ha experimentado el videoarte e indican que este buen momento obedece a que ha habido una buena base de artistas que se ha ido consolidando a partir del año 2000 y “que hay sobre qué apoyarse si uno está haciendo arte contemporáneo y se tiene 26 años ahora”.

Esta es la primera vez que contamos con una exposición permanente sobre arte peruano contemporáneo y, como dijo Del Valle, su carácter pedagógico tiene un claro propósito: educar a las nuevas generaciones y abrir varios campos de discusión. Muchas veces no reconocemos que estamos en un buen momento porque nos olvidamos de dónde venimos.