Ciencia

Descubren que las ardillas pueden volverse rosadas cuando absorben la luz de su entorno

Investigadores del Northland College descubrieron que las ardillas voladoras de Norteamérica presentan un pelaje fluorescente rosa bajo luz ultravioleta.

El pelaje de la ardilla voladora presenta una fluorescencia intensa en la parte inferior y la cola. Foto: Jonathan Martin/NatGeo
El pelaje de la ardilla voladora presenta una fluorescencia intensa en la parte inferior y la cola. Foto: Jonathan Martin/NatGeo

Las ardillas voladoras han sorprendido a la comunidad científica debido al brillo rosa vibrante de su pelaje cuando es expuesto a la luz ultravioleta. Este hallazgo fue publicado en la revista Journal of Mammalogy, tras un descubrimiento fortuito realizado por Jon Martin, profesor de silvicultura del Northland College, quien detectó la fluorescencia mientras exploraba un bosque en Wisconsin.

El fenómeno fue confirmado mediante el análisis de especímenes en museos de historia natural en Estados Unidos, donde se observó que la fluorescencia está presente en todas las especies de ardillas voladoras de Norteamérica (Glaucomys), sin importar su sexo, edad o ubicación geográfica. Este descubrimiento plantea nuevas incógnitas sobre la función de este rasgo y su posible papel en la comunicación y supervivencia de estos mamíferos fluorescentes.

¿Por qué las ardillas voladoras brillan en la oscuridad?

El hallazgo de la fluorescencia en ardillas voladoras es un caso excepcional entre los mamíferos, ya que hasta ahora solo se conocían unas pocas especies con esta capacidad, como ciertas zarigüeyas. La fluorescencia ocurre cuando un organismo absorbe luz de una determinada longitud de onda y la reemite en otro color visible. En el caso de estas ardillas, su pelaje se torna rosado bajo la luz ultravioleta, lo que sugiere una adaptación evolutiva aún no comprendida del todo.

 Pelaje de la ardilla Glaucomys volans en rosa brillante tras ser expuesta a la luz ultravioleta.

Pelaje de la ardilla Glaucomys volans en rosa brillante tras ser expuesta a la luz ultravioleta.

Según Paula Spaeth Anich, bióloga y autora principal del estudio, la fluorescencia en estos roedores nocturnos podría estar relacionada con su entorno. Las ardillas planeadoras son activas durante el crepúsculo y la noche, momentos en los que la luz ultravioleta es más intensa en la naturaleza. Este fenómeno ha sido documentado en diversas latitudes, desde Canadá hasta Guatemala, lo que sugiere que se trata de una característica ampliamente distribuida en la familia Glaucomys.

La fluorescencia en la comunicación y supervivencia de las ardillas

Una de las principales hipótesis sobre la función de la fluorescencia en estos mamíferos es su posible papel en la comunicación animal. Los científicos sugieren que, dado que las ardillas voladoras habitan ecosistemas nocturnos, podrían haber desarrollado esta característica para facilitar la interacción con sus congéneres en la oscuridad.

Otra teoría indica que este fenómeno podría servir como una estrategia de camuflaje en la naturaleza. Muchos líquenes y hongos presentes en los árboles también emiten fluorescencia bajo la luz ultravioleta, por lo que el pelaje rosado de las ardillas voladoras podría ayudarles a mimetizarse con su entorno y evitar depredadores. Además, algunos búhos, conocidos predadores de estas ardillas, presentan fluorescencia en su plumaje, lo que plantea la posibilidad de un mimetismo visual entre especies.

¿Cuál es la función del pelaje fluorescente?

A pesar del impacto de este descubrimiento, el mecanismo biológico que permite la fluorescencia en las ardillas voladoras aún es un enigma. Los científicos aún no han identificado los compuestos responsables de este brillo en su pelaje ni han determinado si se trata de una adaptación evolutiva con un propósito específico.

Corinne Diggins, bióloga de la Universidad Tecnológica de Virginia, sugiere que la fluorescencia podría estar relacionada con la selección sexual, ayudando a los individuos a atraer parejas en la oscuridad. Sin embargo, esta hipótesis no ha sido confirmada, ya que no se han observado diferencias en la intensidad del brillo entre machos y hembras ni variaciones estacionales que indiquen una relación con la reproducción.