Ciencia

Estudio científico revela que las mujeres dominaban las civilizaciones durante la Edad de Hierro

Investigadores en genética y arqueología descubren cómo las mujeres lideraron sociedades matrilocales en Gran Bretaña y su impacto histórico.

Boudica y su liderazgo como reina guerrera simboliza el rol prominente de las mujeres en las sociedades celtas pre-romanas, según un estudio de ADN.
Boudica y su liderazgo como reina guerrera simboliza el rol prominente de las mujeres en las sociedades celtas pre-romanas, según un estudio de ADN.

Un reciente estudio genético realizado por científicos del Trinity College Dublin ha revelado que las sociedades celtas pre-romanas seguían una estructura matrilocal, en la que los hombres se trasladaban al hogar de sus esposas después del matrimonio. Hace 2,000 años, antes de la llegada del Imperio Romano a Gran Bretaña, las mujeres desempeñaban roles centrales en las civilizaciones de la Edad de Hierro.

El análisis genético de 50 individuos enterrados en Dorset muestra que más del 66% de los individuos compartían una misma línea materna, mientras que el 80% de los hombres eran forasteros. Este descubrimiento, junto con otros hallazgos arqueológicos, desafía las narrativas históricas tradicionales y destaca el papel predominante de las mujeres en estas comunidades.

 El equipo arqueológico descubre un esqueleto de la Edad de Hierro en Dorset. Foto: Universidad de Bournemouth

El equipo arqueológico descubre un esqueleto de la Edad de Hierro en Dorset. Foto: Universidad de Bournemouth

¿Qué es una sociedad matrilocal y cómo funcionaba?

Las sociedades matrilocales, como las que existieron en la Edad de Hierro en Gran Bretaña, se organizaban alrededor de la descendencia femenina. En estas comunidades, las mujeres heredaban tierras y bienes, y los hombres se integraban al grupo familiar de sus esposas. Según la genetista Lara Cassidy, "este sistema prehistórico evidencia una notable autonomía femenina en la vida social y económica".

 Entierro de una joven que fue enterrada con un espejo y joyas, incluido un amuleto que muestra a una mujer que representa la victoria. Foto: Universidad de Bournemouth

Entierro de una joven que fue enterrada con un espejo y joyas, incluido un amuleto que muestra a una mujer que representa la victoria. Foto: Universidad de Bournemouth

A diferencia de las estructuras patriarcales romanas, las comunidades celtas pre-romanas priorizaban la estabilidad familiar a través de la línea materna. Este modelo no solo favorecía la preservación de los linajes femeninos, sino que también otorgaba a las mujeres un papel influyente en la configuración de la identidad del grupo.

Evidencias del rol central de las mujeres en la Edad de Hierro

La excavación en Dorset, llevada a cabo por arqueólogos de la Universidad de Bournemouth, forma parte de un esfuerzo más amplio por comprender las prácticas sociales de la Edad de Hierro. Los restos hallados en otros cementerios de Gran Bretaña, como uno en Yorkshire, también muestran una continuidad en el predominio de linajes femeninos desde el 400 a.C.

El ADN mitocondrial, que solo se transmite de madres a hijos, permitió a los científicos identificar estas estructuras matrilocales. Guido Alberto Gnecchi-Ruscone, antropólogo evolutivo que revisó el estudio, considera los resultados como "una validación de que las mujeres desempeñaron roles esenciales en la organización de estas comunidades". Además, las opulentas tumbas de mujeres celtas refuerzan su posición de liderazgo en la sociedad.

Boudica y las mujeres guerreras de la Edad de Hierro

Uno de los ejemplos más icónicos del poder femenino en la Edad de Hierro es Boudica, la legendaria reina guerrera que lideró una revuelta contra Roma en el año 60 d.C. Boudica no solo comandó un ejército que destruyó dos ciudades romanas, sino que también simbolizó el papel de las mujeres como líderes militares y políticas.

El historiador romano Dio Cassius describió a Boudica como una mujer "terriblemente inteligente", destacando que su liderazgo humilló profundamente a los romanos. Estos relatos, aunque posiblemente exagerados por motivos propagandísticos, coinciden con las evidencias arqueológicas que posicionan a las mujeres celtas en roles protagónicos, incluso como propietarias de tierras y comandantes de ejércitos.