Qué esperar del segundo gobierno de Donald Trump y cómo será la relación de Estados Unidos con América Latina
El gobierno de Donald Trump podría traer cambios drásticos en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Desde políticas migratorias hasta la lucha contra el narcotráfico, revisamos lo que estaría en la agenda del magnate republicano.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca promete un giro en la política exterior de Estados Unidos, especialmente en su relación con América Latina. Durante su primer mandato, Trump se caracterizó por priorizar la seguridad fronteriza, la lucha contra el narcotráfico y un enfoque transaccional con líderes de la región. Ahora, con su segundo mandato a punto de comenzar, se espera que estas políticas se intensifiquen, marcando un antes y un después en la dinámica entre el norte y el sur del continente.
América Latina, que enfrenta desafíos como la migración masiva, la corrupción y la inestabilidad política, será un eje clave en las estrategias del gobierno de Donald Trump. Países como México, Colombia, Venezuela y Cuba estarán en el centro de la agenda del republicano, con políticas que podrían fomentar tensiones o consolidar alianzas estratégicas. Desde un enfoque militarizado en el control de drogas hasta posibles retrocesos en derechos humanos y cambio climático, Trump buscará implementar medidas drásticas que podrían redefinir las relaciones con la región.
Políticas migratorias y seguridad fronteriza en el gobierno de Donald Trump
En el gobierno de Donald Trump, la migración volverá a ser una de las prioridades principales. El fortalecimiento de las políticas de deportación masiva, la reanudación de la construcción del muro fronterizo y la reinstauración del programa “Quédate en México” serán algunas de las acciones más polémicas que su administración podría implementar. Este último obligará a miles de solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras se procesan sus casos, lo que podría intensificar la presión sobre México y otros países centroamericanos que funcionan como corredores migratorios.
Además, programas como DACA y TPS, que protegen a jóvenes inmigrantes y personas desplazadas de países como Venezuela, Haití y Nicaragua, estarían en riesgo de ser eliminados. Según analistas, estas políticas no solo afectarán a los inmigrantes en Estados Unidos, sino que también obligarán a los gobiernos latinoamericanos a aceptar a más deportados, exacerbando las crisis humanitarias en la región. Líderes como Claudia Sheinbaum y otros mandatarios centroamericanos enfrentarán mayor presión para bloquear la migración irregular hacia Estados Unidos.
México, Colombia y Venezuela: puntos críticos en la política exterior de Trump
La relación entre el gobierno de Donald Trump y México será tensa si se retoman propuestas como la acción militar para combatir a los cárteles del narcotráfico. Aunque esta idea ha sido respaldada por sectores del Partido Republicano, podría generar un conflicto diplomático con el gobierno mexicano, que se ha opuesto a la intervención extranjera en su territorio. Las amenazas de Trump de imponer aranceles adicionales o condiciones económicas más estrictas también podrían dificultar el diálogo en temas migratorios y comerciales.
En Colombia, Trump podría priorizar un enfoque de línea dura para combatir el narcotráfico, reviviendo políticas militarizadas que, según expertos, han tenido resultados limitados en el pasado. Aunque Colombia sigue siendo un aliado clave de Estados Unidos en la región, los avances en derechos humanos y justicia transicional logrados en el marco del acuerdo de paz podrían verse amenazados por un enfoque que privilegie la acción militar sobre las soluciones estructurales.
Venezuela, por otro lado, será un tema complejo para la administración Trump. Aunque el republicano ha criticado la legitimidad del régimen de Nicolás Maduro, es posible que adopte un enfoque pragmático basado en intereses económicos, como el acceso al petróleo venezolano. Sin embargo, la reanudación de vuelos de deportación hacia Venezuela y la presión para que el gobierno de Maduro acepte a más deportados podría complicar aún más las relaciones bilaterales.
Cambio climático y derechos humanos: temas relegados en la agenda de Trump
El cambio climático y los derechos humanos probablemente ocuparán un lugar secundario en la agenda del segundo gobierno de Donald Trump. Durante su primer mandato, el exmandatario retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y desmanteló programas de ayuda internacional relacionados con la protección ambiental. Su regreso a la Casa Blanca podría significar el fin de los esfuerzos conjuntos con países de América Latina para combatir los efectos del calentamiento global, dejando a naciones como Colombia, Brasil y Perú más vulnerables ante la deforestación y las sequías.
En cuanto a derechos humanos, Trump ha sido criticado por priorizar intereses económicos sobre las libertades civiles. Esto podría traducirse en el fortalecimiento de alianzas con líderes autoritarios como Nayib Bukele en El Salvador o Jair Bolsonaro en Brasil (en caso de que vuelva a la política), mientras debilita la cooperación en áreas como la igualdad de género, la justicia social y la inclusión.