Agencias

El asesino de tres niñas en Inglaterra, condenado a un mínimo de 52 años de prisión


El adolescente que mató con un cuchillo a tres niñas en el norte de Inglaterra en julio, un ataque que provocó graves disturbios en Reino Unido, fue condenado el jueves a un mínimo de 52 años de prisión por un tribunal de Liverpool.

Axel Rudakabana, de 18 años, "probablemente nunca será liberado", dijo el juez Julian Goose, en el Tribunal de la Corona de Liverpool, al dictar sentencia, subrayando la "extrema violencia" de estos asesinatos.

El adolescente se había declarado culpable el lunes de los asesinatos de Bebe King, de 6 años, Elsie Dot Stancombe, de 7, y Alice da Silva, de 9, quienes fueron apuñaladas el 29 de julio en Southport, durante una clase de baile.

Al declararse culpable, el juicio, que debía durar semanas, se redujo a cuatro días.

El joven, que no ha dado ninguna explicación sobre la razón de su ataque, no podía ser condenado a cadena perpetua debido a ser menor de edad en el momento del ataque.

"Fue una atrocidad y, como ha declarado el juez, es probable que este vil delincuente nunca sea liberado. Quiero decirles a los sobrevivientes, a las familias: no están solos. Estamos con ustedes en su dolor", dijo el primer ministro laborista, Keir Starmer, en un comunicado, tras la sentencia.

El acusado, nacido en Gales y de origen ruandés, un país de confesión mayoritariamente cristiana, hirió en la misma acción a otros ocho niños y a dos adultos.

"Si hubiera podido, habría matado a todos y cada uno de los niños, a los 26. Solo la fuga de ellos lo impidió", dijo el juez.

El jueves, el adolescente tuvo que ser sacado de la sala dos veces debido a su comportamiento.

"Me siento muy mal, necesito ver a un médico", gritó, diciendo que no había comido en 10 días.

Los familiares de las víctimas no pudieron reprimir las lágrimas en el tribunal, cuando la fiscal relató el ataque.

Aunque la pista terrorista no se incluyó en la investigación, el joven fue acusado de producir ricina, un veneno extremadamente tóxico, y de estar en posesión de un manual de entrenamiento de Al Qaeda.

El apuñalamiento desencadenó disturbios en decenas de ciudades, avivados por agitadores de extrema derecha, entre rumores sobre el sospechoso, presentándolo erróneamente como solicitante de asilo y de confesión musulmana.

A mediados de diciembre, más de 410 personas habían sido condenadas por los disturbios, 360 con penas de prisión.

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