Agencias

Melania Trump apuesta por un look sobrio para la investidura


¿Dónde está Melania Trump? De nuevo en Washington, donde asistió a la investidura de su marido con un conjunto de abrigo y falda azul marino combinado con un sombrero de ala ancha que le ocultaba la mirada.

El modelo elegido para ese día, que obstaculizaba los intentos de su marido de darle un beso antes de la toma de posesión, provocó burlas en las redes sociales y una oleada de comparaciones con un personaje de videojuego de los años ochenta.

"¿Dónde diablos está Carmen Sandiego?", bromeaban los internautas en referencia a una serie de videojuegos educativos destinada a enseñar conceptos básicos de geografía. La protagonista es una delincuente vestida con una gabardina roja y sombrero a juego.

El abrigo y la falda de Melania Trump eran de lana de seda de Adam Lippes, un diseñador independiente estadounidense afincado en Nueva York.

La exmodelo de origen esloveno lo combinó con una blusa marfil ceñida al cuello.

"La tradición de la investidura presidencial encarna la belleza de la democracia estadounidense y hoy hemos tenido el honor de vestir a nuestra primera dama, la señora Melania Trump", dijo Lippes en un comunicado en el que destaca la fabricación estadounidense por encima de la ideología política.

"El atuendo de la señora Trump ha sido creado por algunos de los mejores artesanos de Estados Unidos y me enorgullece mostrar ese trabajo al mundo".

El sombrero era del sombrerero neoyorquino Eric Javits.

Parecía "una viuda de la mafia o un miembro de alto rango de una oscura orden religiosa, y un poco de 'My Fair Lady'", escribió Rachel Tashjian, crítica de estilo de The Washington Post.

- ¿Con mensaje? -

Las primeras damas estadounidenses no tienen mucha voz, pero se analiza el tipo de ropa que visten en busca de algún eventual mensaje.

La difunta Rosalynn Carter, por ejemplo, suscitó fuertes reacciones por no ir de estreno a la investidura de su marido Jimmy en 1977.

La intención era mostrar empatía por las dificultades económicas de los estadounidenses, pero a veces lo que la gente realmente quiere es glamur.

En los últimos años, las primeras damas han recurrido a diseñadores independientes para los actos de toma de posesión.

En 2021, Jill Biden lució un conjunto de abrigo y vestido azul de Markarian, una pequeña marca de Nueva York.

Michelle Obama causó sensación en 2009 con un traje color limón de Isabel Toledo y optó por Thom Browne para la segunda toma de posesión de su marido.

Llevó vestidos de Jason Wu en los dos bailes de investidura.

Melania Trump, por su parte, se estrenó como primera dama vistiendo de Ralph Lauren en 2017.

Ese año, cambió su vestido de cachemira azul celeste y su chaqueta bolero asimétrica a juego con guantes de ópera, por un vestido de crepé de seda de Herve Pierre, dos looks que denotaban una sensación de optimismo.

Su look chic de 2025 supone un cambio radical en su segunda etapa como primera dama.

"Durante el último año, ha lucido un vestuario mayoritariamente negro", afirma Tashjian, que no cree que signifique que vaya a "desaparecer a un segundo plano".

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