Líbano y Siria se comprometen a mantener relaciones firmes tras años de tensión
El nuevo dirigente sirio, Ahmed al Sharaa, y el primer ministro libanés, Najib Mikati, se comprometieron el sábado a establecer relaciones duraderas durante la primera visita de un jefe de gobierno libanés a Damasco desde el inicio de la guerra civil en 2011.
Ambos países vecinos buscar mejorar sus relaciones tras años de tensiones y después de que los rebeldes islamistas sirios tomaran Damasco el mes pasado, poniendo fin al gobierno de Bashar al Asad.
El nuevo líder sirio declaró que esperaba abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, días después de que Líbano eligiera un presidente tras dos años de estancamiento.
"Habrá relaciones estratégicas duraderas, con grandes intereses comunes", declaró Al Sharaa en una rueda de prensa conjunta, estimando que la elección de Joseph Aoun para la presidencia conduciría a una "situación estable" en Líbano.
Ahmed Al Sharaa pidió olvidar "las relaciones pasadas" entre los dos países y "dar una oportunidad" a los dos pueblos de establecer "relaciones positivas [...] basadas en el respeto y la soberanía de los dos Estados".
"Intentaremos resolver los problemas a través de negociaciones y diálogo", declaró.
El primer ministro libanés señaló por su parte que las nuevas relaciones debían basarse en "el respeto mutuo, la igualdad y la soberanía nacional".
"Siria es la puerta natural de Líbano al mundo árabe, y mientras vaya bien, Líbano irá bien", añadió Najib Mikati.
Siria fue durante tres décadas, bajo el clan Al Asad, una fuerza política y militar dominante en Líbano, donde intervino durante la guerra civil de 1975-1990 y donde se le atribuyen numerosos asesinatos de personalidades políticas.
Siria, que comparte una frontera de 330 kilómetros con Líbano, retiró sus tropas del país vecino en 2005 bajo la presión local e internacional, tras el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri.
Las tensiones entre ambos países se reforzaron además a raíz del apoyo militar que el grupo islamista libanés Hezbolá brindó al expresidente Bashar al Asad, aliado de Irán, durante la guerra civil siria, que dejó más de medio millón de muertos.
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