Sobrino asesina a su tío y lo arroja al río tras conflicto por terrenos en Juliaca: familiares buscan cuerpo de la víctima

El último sábado 26 de abril, un poblador en Juliaca fue reportado como desaparecido tras una discusión con su propio sobrino, identificado como Samuel Edwin Apaza Calla (38), por un conflicto por terrenos. La historia dio un giro inesperado cuando el familiar confesó que asesinó a su tío y que habría arrojado el cuerpo a un río en la zona. Pese a la negación del sobrino, los familiares de la víctima exigen que se presente en el lugar del crimen para ayudar con la búsqueda.

En la provincia de San Román, los familiares de la víctima se reunieron a fin de exigir justicia y encontrar el cuerpo de la víctima, identificada como Elisban Ricardo Calla (58), que habría sido arrojado al río en la localidad. La búsqueda se lleva a cabo en conjunto con los comuneros del lugar, quienes hasta el momento no han logrado dar con el cuerpo del poblador.

Pobladores continúan búsqueda del cuerpo de la víctima

Los comuneros de la zona exigen el apoyo de las autoridades a fin de encontrar el cuerpo de la víctima luego de que el sobrino confesara su crimen: asesinar a su tío tras una discusión por conflicto de terrenos. La población se unió a fin de encontrar a Ricardo y darle una sepultura digna.

"Queremos encontrar a mi padre. Apóyennos por favor, mándennos apoyo. Estamos buscando desde el sábado. Al mismo acusado mándenlo, solo queremos encontrarlo, ya no queremos sufrir por favor. Queremos justicia", sostuvo la hija de la víctima a La República. Los familiares señalan que el sobrino acusado confesó su crimen, pero no especifica en qué lugar arrojó el cuerpo de su tío.

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Circunstancias del crimen

Al respecto, Katty Calla, la esposa de la víctima también se pronunció sobre lo sucedido, y detalló las circunstancias en las que se dio el conflicto con su sobrino. "El asesino vino a mi casa, paró con su moto y empezó a insultar. Mi esposo fue atrás de él y ahí ha desaparecido. Estamos buscando dese el sábado y no lo encontramos. Queremos justicia", acotó la pareja de la víctima.

Los familiares aseguran que el sobrino siempre mostraba una actitud amenazante debido al conflicto que tenían por la disputa de terrenos. Al cierre de esta nota, el acusado reconoció haber sido el autor del crimen. No obstante, los comuneros siguen buscando el cuerpo del fallecido. Por ello, los vecinos piden la intervención oportuna de las autoridades.

El domingo 27 de abril, los familiares encontraron rastros de sangre en el camino y en una carrerilla, lo que los llevó a pensar que el cuerpo había sido enterrado en la zona. Con apoyo de agentes policiales, realizaron excavaciones en distintos puntos de la comunidad, pero no encontraron el cadáver. lo que les lleva a sospechar que se trata de un crimen planeado.

Cambio de versión del crimen

Horas después, el acusado Samuel fue intervenido por la Policía y, tras un interrogatorio, confesó el crimen. En un principio, reveló que había arrojado el cuerpo al río. Sin embargo, presuntamente nuevas declaraciones, habría indicado que el cuerpo ya no se encuentra allí, lo que mantiene a la familia en una angustiosa incertidumbre.

Hipótesis sobre complicidad en el asesinato

Isaid Calla Katty, hijo menor de la víctima, planteó una hipótesis aún más escalofriante. Sostiene que el asesinato ocurrió cerca del domicilio y que su padre fue trasladado en una carretilla para ser enterrado en la comunidad. Sin embargo, ante la búsqueda insistente, los responsables habrían desenterrado el cuerpo y cambiado su ubicación. “Mi papá ha sido cruelmente asesinado por su sobrino. Vi los rastros y charcos de sangre, incluso con la lluvia. Él lo mató. Que nos diga dónde lo dejó”, suplicó entre lágrimas.

Evidencias sobre el crimen

La Policía utilizó el reactivo Bluestar Forensic y detectó restos de sangre en el camino donde se sospechaba que ocurrió el crimen. Además, se hallaron rastros biológicos en las manos, ropa y calzado de Samuel, lo que refuerza su vinculación directa con el homicidio.

Una carretilla metálica también fue sometida a análisis. En la tolva, el mango izquierdo y una de las llantas se detectó sangre, lo que confirma que fue utilizada para movilizar el cuerpo. Esta evidencia fortalece la hipótesis de un asesinato premeditado y con el intento deliberado de ocultamiento.

Un conflicto judicial de más de 9 años

Luis Cutipa, presidente de la comunidad de Chimpa Jaran, denunció que este crimen se relaciona directamente con un proceso judicial que lleva más de nueve años. “La familia del confeso asesino pretendía apropiarse de 80 hectáreas comunales. Elisban era uno de los socios. Su padre ya nos había amenazado. Ahora su hijo cumplió con esa amenaza”, declaró indignado.

El dirigente recordó además que no es la primera vez que esta familia está involucrada en hechos violentos y que el investigado el año pasado salió de la cárcel por el delito de violación sexual. “En los años 90, el padre del asesino también desapareció a un poblador. Esta familia representa un peligro para todos. No los queremos más aquí”, manifestó, exigiendo que se retiren de la comunidad.

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