Diego Herrera, el inmigrante peruano que hace brillar nuestra música en EE. UU.: ''Tenía ese hambre''
Radicado en Boston, el músico peruano combina ritmos afroperuanos con jazz, smooth jazz y funk, llevando la esencia peruana a un público global.
Diego Herrera, un destacado saxofonista peruano, busca promover la diversidad cultural de su país a través de la música. Desde su adolescencia, cuando se enamoró del rock clásico, Herrera ha recorrido un camino lleno de sacrificios y dedicación. Su historia es un testimonio de cómo la pasión por la música puede transformar vidas y abrir puertas en el extranjero.
Hoy, Diego se encuentra en una gira que culminará el 9 de enero. Presentará su propuesta musical en diversos escenarios de Lima y Máncora, y reafirmará su compromiso con la difusión de la cultura peruana.
Diego Herrera es un músico peruano que mezcla muchos ritmos musicales, lo que le ha ayudado a triunfar en EE. UU. Foto: Andina
Un inicio inesperado en la música
Diego Herrera no siempre estuvo vinculado a la música. Su acercamiento comenzó en la adolescencia, cuando el rock clásico lo cautivó. “Me golpearon todas las canciones”, recuerda. Este despertar lo llevó a tomar la guitarra de su padre y explorar el mundo musical, donde descubrió a artistas como Frank Sinatra y las big bands de jazz, lo que lo inspiró a profundizar en su pasión.
A pesar de los obstáculos económicos, Herrera ideó un plan para adquirir su primer instrumento. Vendió loncheras y dulces en la escuela, lo que le permitió comprar un clarinete de plástico. “Era algo accesible para mí”, afirma. Con dedicación y esfuerzo, se presentó en la kermés del colegio y sorprendió a sus padres con su entrega y pasión por la música.
Su pasión y determinación de estudiar música en la universidad
Al finalizar el colegio, Diego tenía claro que su futuro estaba en la música. A pesar de las dificultades, logró ser admitido en la universidad como saxofonista, aunque tuvo que presentar su audición con un clarinete. Esta etapa fue crucial, ya que sus padres comenzaron a reconocer su vocación y le regalaron su primer saxofón.
Durante su formación académica, Herrera se sumergió en la riqueza de la música andina y afroperuana. Creó fusiones con jazz que se convirtieron en su sello personal. Su deseo de expandir sus horizontes lo llevó a postular a la prestigiosa Berklee College of Music. Allí, tuvo que grabar su audición en línea, un proceso que lo mantuvo en vilo durante cinco meses.
La vida en Boston y el desafío de la migración
Al llegar a Boston, Diego enfrentó el desafío de adaptarse a un nuevo entorno. “Cuando te vas a otro país, es la cosa más intimidante”, confiesa. Sin embargo, poco a poco, comenzó a hacer amistades y a mejorar su dominio del idioma, lo que le permitió crecer tanto personal como musicalmente.
Con esfuerzo y dedicación, logró espacios para mostrar sus proyectos, fusionó ritmos peruanos con jazz y sorprendió a la audiencia con su propuesta única. “Tenía ese hambre. Me decía: ‘todos me van a conocer’”, reflexiona sobre su determinación por dejar huella en el mundo musical.
Un mensaje para los artistas
Diego Herrera comparte un mensaje claro para quienes desean dedicarse al arte: “Si de verdad quieres vivir de esto, tienes que estar dispuesto a pagar ese precio”. Reconoce que el camino no es fácil y que la competencia es feroz. “De cada puerta que se me ha abierto, se me han cerrado diez”, asegura, enfatizando la importancia de la perseverancia y la dedicación.
Hoy, con una carrera consolidada, Diego ha conquistado escenarios emblemáticos y continúa llevando su música a un público diverso. Su gira actual, que finalizará el 9 de enero, es una muestra más de su compromiso con la difusión de la cultura peruana a través de la música.