Ni en Macondo, por Eliana Carlín

Una verdadera lástima el nivel fujitroll al que está sometida una institución tan importante, por causa de quien hoy la dirige.

El país sufre una ola criminal sin precedentes. El SINADEF registra al menos 164 personas asesinadas solamente durante el mes de enero. La extorsión se ha extendido a todas las actividades económicas, y hay ciudades como Trujillo que se encuentran hundidas en el sicariato, de la mano de César Acuña, del partido co-gobernante Alianza por el Progreso (APP). En este escenario de comprensibles cuestionamientos al Ministro del Interior, responsable político y funcional de nuestra situación, ha ocurrido una situación digna de la pluma de Gabriel García Márquez, pero que lamentablemente es real. Conozcamos a los involuntarios protagonistas.

Carlos Luna Victoria Santillán, es un padre de familia que trabaja como sereno en la Municipalidad de Lima. Por su parte, Juan Antonio García Flores es propietario de dos discotecas en San Juan de Lurigancho, y ha sido víctima de extorsión de amenazas por parte de los extorsionadores. ¿Qué tienen en común estos dos ciudadanos? El día domingo en el programa Panorama, el Ministro del Interior publicó “la lista de los más temidos” (según palabras de la conductora). “Por primera vez estamos mostrando el rostro de los delincuentes, para que la comunidad los pueda reconocer”, dijo orgulloso Santiváñez. Ocurre que los señores Luna Victoria y García Flores fueron incluidos en el listado, y señalados directamente como delincuentes por la máxima autoridad de la seguridad interna del país, en una exposición en televisión nacional.

La desesperación por mostrar resultados donde no los hay, lleva a este tipo de absurdos. A la fecha, el señor Luna Victoria ha enviado una carta notarial al Ministro del Interior, que no ha sido respondida, y el señor García ha solicitado una rectificación. Ambos tienen derecho a un desagravio, pero todos los peruanos merecemos saber qué forma de trabajar tiene el Mininter como para que pasen estas cosas. ¿Quiénes alcanzaron los nombres de estas dos personas honestas?, ¿cómo filtraron o verificaron la lista?; lo que resulta más difícil de responder es ¿quién devuelve la honra a estas dos personas, que han sido expuestas ante familiares y amigos como delincuentes? Una verdadera lástima el nivel fujitroll al que está sometida una institución tan importante, por causa de quien hoy la dirige.