La muerte de Nilo Burga, al atardecer del 25 de diciembre, en condiciones sumamente extrañas, desató sospechas que, con el paso de las horas, van confirmando que no se trata de un suicidio, como pretendía establecerse, sino un homicidio que debe ser rápida y totalmente esclarecido.
Primero, porque se trata de un investigado por un caso de corrupción que salpica al entorno de la presidenta Dina Boluarte. Empezando por su actual vocero presidencial, Fredy Hinojosa, quien según el Ministerio Público era el enlace con Nilo Burga para negociar dinero a cambio de licitaciones, ninguna supervisión de calidad y relaciones perniciosas entre el Estado y la empresa Frigoinca. No hay que olvidar que el programa social Qali Warma depende del Ministerio de Desarrollo Social (Midis), que ha estado a cargo de Dina Boluarte durante el gobierno de Pedro Castillo, y en el que también se desempeñaron en puestos de decisión el actual ministro de Educación, Morgan Quero, y el titular del Midis, Julio Demartini.
Segundo, porque la muerte de Burga podría ser una forma salvaje y determinante para cerrar una investigación que podía involucrar a muchos personajes del poder actual, que han participado en esta red de corrupción que hizo uso de influencias para obtener licitaciones millonarias. Burga logró convertir sus conservas en el producto exacto que requería Qali Warma, porque manejaba las convocatorias. A cambio de dinero, lograba evitar la supervisión de sus productos de mala calidad, de dudoso origen y en mal estado de conservación. Esos productos llegaban a las manos de escolares de colegios estatales que los consumían.
Semejante crimen contra los más vulnerables requiere sanciones ejemplares. La figura de Burga era clave para el esclarecimiento del caso. Quienes se favorecen con su silencio serán los principales sospechosos. Esta premisa también funciona para la asesora legal del Congreso, Andrea Vidal Gómez, asesinada en un taxi por sicarios que buscaban liquidarla, disparándole a la cabeza. Ella, como Nilo Burga, podrían haber caído porque sabían demasiado.