Hasta el 2026 y más allá, por Diego Pomareda

Considero que una mayoría parlamentaria, que solo piensa en sus intereses particulares y no en el país, carece de incentivos para vacar a Boluarte. 

En el Perú es muy difícil hacer predicciones, y mucho más en política, donde todo es tan cambiante. Desde el 2018, el país ha tenido 6 presidentes, y muchos aseguran que para el 2025 se sumará uno más, tras la vacancia de Boluarte. Sin perjuicio de esta volatilidad, considero que hay 4 fuertes razones para concluir que tanto el gobierno como el Parlamento se quedarán hasta el 2026.

1) Órganos electorales: la mayoría parlamentaria acaba de aprobar, en primera votación, una ley que busca remover al actual presidente del JNE para colocar uno afín. Esta, al ser una reforma constitucional, requiere una segunda votación que se daría recién en la siguiente legislatura (a partir de marzo del 2025). En dicha norma han colocado que el plazo de gestión del nuevo presidente del JNE sería solo de 2 años, lo cual calza exacto con el periodo de elecciones del 2026.

2) Elecciones generales: hay poca claridad en la Constitución sobre si las elecciones que se convocarían en caso de vacancia de Boluarte serían solo presidenciales o también incluirían al Parlamento. Este riesgo de perder beneficios propios del cargo y el financiamiento de partidos políticos (Ley Nº 31046) no les genera a la mayoría de congresistas ningún incentivo para activar la vacancia y dar pie a un escenario de elecciones generales anticipadas.

3) Conveniencia electoral: los actuales congresistas no solo aprobaron la posibilidad de postularse a la reelección de forma indefinida, sino también que, si no ganan en estas elecciones parlamentarias, puedan postular, en el mismo año, a las alcaldías o gobiernos regionales (Ley Nº 32080). Si las elecciones son generales y antes del 2026, no podrían hacer efectiva esta ventaja electoral que supone tener dos campañas en un mismo año.

4) Umbral de la vacancia: si la represión contra las protestas, que trajo consigo decenas de muertes, el escándalo de los relojes y las cirugías, el actuar poco transparente del gobierno ante denuncias de encubrimientos a prófugos de la justicia y audios ministeriales reveladores no han sido elementos suficientes como para removerla del cargo, no veo otras circunstancias más graves que estas para hacerlo.

Atendiendo a las 4 razones expuestas, considero que una mayoría parlamentaria, que solo piensa en sus intereses particulares y no en el país, carece de incentivos para vacar a Boluarte. Hacerlo podría alterar la estrategia que vienen diseñando para lograr atornillarse en el poder. Por eso es que, parafraseando a Buzz Lightyear de Toy Story, la coalición gobernante apuesta hasta el 2026 y más allá.