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Corea del Norte creó una unidad de hackers especializados en IA para fortalecer las capacidades de guerra cibernética

El Centro de Investigación 227 es una unidad especializada en ciberataques que emplea inteligencia artificial para potenciar su ofensiva en el ámbito digital. Contará con un equipo de 90 especialistas en informática.

Corea del Norte lanza el Centro de Investigación 227, unidad de ciberataques con inteligencia artificial. Foto: composición LR
Corea del Norte lanza el Centro de Investigación 227, unidad de ciberataques con inteligencia artificial. Foto: composición LR

Corea del Norte estableció una unidad especializada en ciberataques con inteligencia artificial, denominada "Centro de Investigación 227". Este equipo tiene como propósito desarrollar tecnologías y programas ofensivos que potencien la guerra cibernética del régimen de Kim Jong Un. Además, entre sus funciones se encuentra el espionaje a infraestructuras de inteligencia y sistemas de ciberseguridad pertenecientes a países occidentales.

Según información revelada por el medio Daily NK, el grupo priorizará el uso de IA para ejecutar robos de información y activos digitales. A diferencia de otros organismos vinculados al Buró General de Reconocimiento (RGB), esta unidad también se enfocará en desestabilizar redes de seguridad extranjeras y en la creación de herramientas automatizadas para el análisis y la recolección de datos estratégicos.

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Corea del Norte tendrá 90 hackers expertos en IA

El Buró General de Reconocimiento inició el proceso de selección para incorporar personal al Centro de Investigación 227. El objetivo es contratar a 90 especialistas en informática que cuenten con una formación destacada en áreas como seguridad cibernética, desarrollo de software y automatización de sistemas.

De acuerdo con información difundida por Daily NK, los profesionales seleccionados no participarán directamente en operaciones de ciberseguridad en el extranjero, pero tendrán un rol estratégico en el desarrollo de programas ofensivos, lo que los convierte en una pieza clave dentro de la infraestructura tecnológica del centro. "El personal seleccionado son personas con talento que se han especializado en desarrollar programas de automatización o ciberseguridad en universidades locales, programas de doctorado o institutos de investigación", reveló una fuente del régimen norcoreano.

Centro de Investigación 227: el nuevo núcleo cibernético de Corea del Norte

El régimen norcoreano optó por establecer el Centro de Investigación 227 en Mangyongdae, una zona más alejada al norte de Pyongyang, lo que marca un giro respecto a la ubicación tradicional de las oficinas del RGB, mayoritariamente concentradas en el distrito Hyongjesan. Esta nueva localización, más aislada, no solo favorece la autonomía operativa, sino que también incrementa los niveles de seguridad frente a posibles filtraciones.

Esta medida revela la intención de dotar el proyecto de hackeo informático con una infraestructura propia, desligada del resto del aparato institucional. Al centrarse exclusivamente en operaciones ofensivas de última generación, esta unidad adquiere un papel estratégico clave dentro de la arquitectura de ciberdefensa norcoreana.

La ciberguerra se convierte en el eje de la estrategia militar de Corea del Norte

La ciberguerra dejó de ser una amenaza lejana para convertirse en un campo de batalla activo, donde Corea del Norte se posiciona como uno de los actores más decididos. En vez de seguir la lógica convencional de adquirir poderío bélico a través de tecnología militar visible, como cazas, portaaviones o satélites, el régimen norcoreano centró sus recursos en el desarrollo de capacidades digitales ofensivas frente a actores como EE. UU., Corea del Sur y la Unión Europea.

A través de una estrategia asimétrica, Pyongyang consolidó un grupo especializado de expertos informáticos entrenados para vulnerar sistemas clave sin necesidad de intervención física. Este viraje estratégico refleja una clara intención de liderar la confrontación global desde el ciberespacio, donde el control de la información y la capacidad de desestabilizar infraestructuras críticas definen el nuevo poder militar.