La dura realidad de los inmigrantes venezolanos en Panamá por no poder ingresar a Estados Unidos tras políticas de Trump
Cientos de migrantes venezolanos que intentaron alcanzar el sueño americano ahora están atrapados en Panamá sin una ruta clara de regreso. La reciente política migratoria de Estados Unidos ha dejado a muchas familias varadas, sin recursos y con un futuro incierto.
- Helicóptero se estrella en el río Hudson de Nueva York: al menos 6 fallecidos, según fuentes
- Nueva York: alcalde Eric Adams demanda al Gobierno de Donald Trump para recuperar US$188 millones en fondos federales

Para miles de migrantes venezolanos, cruzar el Tapón del Darién representó la última esperanza de dejar atrás la crisis en su país y construir una nueva vida en Estados Unidos. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y sus nuevas medidas migratorias han truncado este anhelo. La cancelación de citas de asilo y el refuerzo de las deportaciones han provocado un colapso humanitario en Panamá, donde cientos de personas que intentaron regresar a Venezuela quedaron varadas.
El endurecimiento de las políticas migratorias dejó a estos migrantes en un limbo. Sin poder avanzar hacia Estados Unidos ni regresar a su país, muchos enfrentan condiciones precarias en centros de atención improvisados. El cierre de fronteras ha convertido a Panamá en una trampa inesperada para quienes, después de meses de travesía, ven cómo el sueño americano se convierte en una pesadilla.

PUEDES VER: ICE, FBI y CBP reinician redadas contra inmigrantes indocumentados en esta popular zona de California
Una ruta peligrosa con pocas salidas para los migrantes venezolanos
Desde que las autoridades panameñas bloquearon el paso de los migrantes venezolanos que retornaban a su país, la situación se ha vuelto cada vez más tensa. Muchos de ellos pasaron meses viajando por Centroamérica, vendiendo lo poco que tenían para financiar el trayecto. Tras ser rechazados en la frontera de Estados Unidos, intentaron regresar por la misma ruta, pero fueron detenidos en Panamá.
Los centros de atención temporales en la provincia del Darién han colapsado debido al aumento de migrantes. A pesar de la presencia de agencias humanitarias como la OIM y la Unicef, las condiciones son deplorables. Familias enteras duermen en el suelo, sin acceso a agua potable ni servicios básicos adecuados. El calor sofocante, la falta de comida y las enfermedades transmitidas por mosquitos agravan la crisis.
Las opciones para salir de este atolladero son escasas. El costo de un pasaje en lancha para evitar el Darién supera los 200 dólares, una cifra inalcanzable para la mayoría de los varados. Además, quienes han intentado cruzar por mar han enfrentado tragedias, como el naufragio que dejó a una niña de ocho años sin vida.

PUEDES VER: ¡Insólito! Tres inmigrantes vencen en juicio al Gobierno de Trump, pero son deportados al día siguiente
Políticas migratorias que aumentan la incertidumbre
La decisión de cerrar las citas de asilo en la frontera estadounidense generó un efecto dominó en toda la región. Los gobiernos de Panamá y Costa Rica han intentado gestionar la crisis, pero la falta de acuerdos diplomáticos entre Venezuela y Panamá complica cualquier solución.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, propuso trasladar a los migrantes a Cúcuta, Colombia, para facilitar su retorno a Venezuela. Sin embargo, las autoridades colombianas han advertido que su capacidad de respuesta está al límite debido a la llegada de miles de desplazados internos por el conflicto armado en la zona del Catatumbo.
Mientras tanto, los migrantes venezolanos siguen atrapados, sin certezas sobre su futuro. Muchos aseguran que no intentarán cruzar nuevamente el Tapón del Darién, un paso donde han sido víctimas de violencia, robos y abusos. La selva es una barrera mortal que no quieren volver a enfrentar.
¿Qué sigue para los migrantes venezolanos atrapados en Panamá?
Las organizaciones humanitarias han pedido a los gobiernos de la región que implementen medidas para un retorno seguro y digno para estos migrantes. Sin embargo, la falta de recursos y el endurecimiento de las políticas migratorias han complicado los esfuerzos.
En medio de la incertidumbre, muchos migrantes venezolanos siguen aferrados a la esperanza de encontrar una alternativa que les permita alcanzar el sueño americano o, al menos, regresar a su tierra sin volver a arriesgar sus vidas. El drama humanitario sigue creciendo, mientras las decisiones políticas dejan a miles de personas en un limbo migratorio sin solución inmediata.