Estados Unidos

Trump y Biden no lideran las deportaciones en EE.UU.: ¿qué presidente expulsó más inmigrantes?

Un informe del Migration Policy Institute revela que las administraciones anteriores superan en deportaciones a Trump y Biden, mostrando cómo han evolucionado las prioridades migratorias en el país.

Donald Trump y Joe Biden no han sido los presidentes con más deportaciones, según informe. Foto: Composición LR
Donald Trump y Joe Biden no han sido los presidentes con más deportaciones, según informe. Foto: Composición LR

Las deportaciones han sido un eje central de las políticas migratorias en Estados Unidos, impactando profundamente a las comunidades migrantes. Aunque las administraciones recientes han implementado medidas controvertidas como el Título 42 o colaboraciones con agencias locales, Bill Clinton y George W. Bush lideran las cifras históricas de deportaciones pertenecientes a décadas pasadas, desafiando las percepciones populares sobre los gobiernos más estrictos.

Un informe del Migration Policy Institute revela que mandatarios anteriores dictaron récords que superan ampliamente los de Trump y Biden, marcando precedentes significativos en el manejo de la inmigración. Comprender cómo estas políticas han evolucionado permite trazar una línea entre las prioridades del pasado y los enfoques actuales.

¿Qué presidente deportó más inmigrantes de EE. UU.?

A lo largo de la historia, el presidente Bill Clinton ostenta el récord de deportaciones, con 12 millones de expulsiones durante su mandato, seguido por George W. Bush, quien superó los 10 millones. Estas administraciones marcaron hitos importantes en la historia de las políticas migratorias de Estados Unidos, estableciendo las bases para enfoques más actuales.

De los presidentes del siglo XXI, Barack Obama es el presidente que lidera las estadísticas de deportaciones en Estados Unidos. Durante sus ocho años en el cargo, se realizaron más de cinco millones de deportaciones, con un pico histórico en 2012, cuando casi 400,000 personas fueron expulsadas del país. Estas cifras le valieron el apodo de “Deporter-in-Chief” (“El jefe de las deportaciones”) por parte de activistas pro inmigrantes.

 Durante su gestión, Barack Obama deportó a casi medio millón de personas, recibiendo el apodo de "Deporter-in-Chief". Foto: AP News

Durante su gestión, Barack Obama deportó a casi medio millón de personas, recibiendo el apodo de "Deporter-in-Chief". Foto: AP News

¿Cuántas deportaciones se hicieron durante el gobierno de Trump y Biden?

Aunque la administración de Donald Trump destacó por su retórica antiinmigrante, sus cifras de deportaciones totales fueron considerablemente menores que las de Obama. Entre 2017 y 2021, se realizaron aproximadamente 935,000 deportaciones, con un pico de 300,000 personas expulsadas en un solo año. A diferencia de Obama, Trump amplió las prioridades de deportación, afectando a personas sin antecedentes penales y a quienes buscaban regularizar su situación migratoria.

Por su parte, Joe Biden registró cifras mucho más bajas en términos de deportaciones tradicionales. En 2021, se deportaron cerca de 59,000 personas, y en 2022, el número aumentó ligeramente a 72,000. Sin embargo, bajo el Título 42, una medida implementada por Trump en respuesta a la pandemia, se expulsaron 2.8 millones de migrantes hasta mayo de 2023. Esta política permitió a los agentes fronterizos rechazar a solicitantes de asilo de manera inmediata, lo que ha generado fuertes críticas por su impacto humanitario.

¿Cuál fue el plan de Obama para deportar inmigrantes?

La administración de Barack Obama adoptó un enfoque estructurado para gestionar las deportaciones, priorizando a inmigrantes condenados por delitos graves y a quienes habían cruzado la frontera recientemente. Según Sophia Genovese, abogada del Southern Poverty Law Center, esta estrategia permitió agilizar los procesos y mantener ciertos criterios humanitarios en la aplicación de las leyes de inmigración.

El uso de programas como Secure Communities facilitó la colaboración entre agencias locales y federales, permitiendo identificar a inmigrantes indocumentados a través de bases de datos criminales. Aunque estas medidas fueron criticadas por organizaciones defensoras de los derechos humanos, Obama justificó su estrategia como un intento de equilibrar el cumplimiento de las leyes migratorias con la protección de comunidades vulnerables.